la tournée de dios. novela casi divina

Opinión:

Esta novela , la cuarta y última que escribió Jardiel antes de dedicarse  por completo a su faceta de dramaturgo, es un ejemplo formidable de que la risa es una cosa que debe tomarse muy en serio. Un libro cuya lectura me permito aconsejar  a todo el mundo, porque sus páginas nos descubren cómo en la literatura española, esa dama con fama de adusta y realista, existen también ejemplos de un humorismo negro y brillante, que a menudo no se estudia en las aulas universitarias, quizás porque está mal visto concederle a la carcajada de Jardiel la misma entidad que al rictus reflexivo de otros autores.

Yo sólo puedo decir que he disfrutado muchísimo con la lectura de una obra que se sirve del humor de forma desbordante y total, en la creación de personajes (inolvidable ese fabuloso embustero, el doctor Flagg, metáfora del escritor, que hace olvidar el dolor del parto a sus pacientes gracias a su talento para inventar historias), o el uso de unos diálogos ágiles que evolucionan desde lo cotidiano a lo inverosímil, arrastrando al lector en su desarrollo. Un uso de la lengua con fines cómicos que hace sentir inteligente al receptor del texto, porque huye del chiste fácil y extrema las posibilidades del idioma, la ironía, el retruécano y los dobles sentidos.

Es el de Jardiel un humor eminentemente español, pero también muy vanguardista y chic, que aprovecha cada recurso a su alcance, en un derroche de imaginación permanente que le lleva a  jugar con la tipografía en busca de una mayor expresividad, o a incluir fragmentos de otros textos, como recortes de periódicos o anuncios. El narrador también es una figura clave, por la interactividad que establece con el lector, con sus  frecuentes llamadas de atención y las descacharrantes notas a pie de página que, lejos de esclarecer un dato confuso, embrollan todavía más la historia.

En cuanto a la división interna de la novela, me parece especialmente conseguida la primera parte, que casi puede leerse de forma autónoma como una historia de amor, la protagonizada por dos personajes glamourosos, el novelista Federico Orellana y la hermosa actriz de teatro Natalia Lorzain. Una delicia, plagada de hallazgos estilísticos y golpes de ingenio que no dan tregua, que muestran al Jardiel más lúdico e interesado en el resultado artístico, carente de intencionalidad o compromiso político. Será uno de sus  personajes secundarios, Perico Espasa, periodista homosexual y amigo de Federico, el elemento que conectará la trama inicial con la de la visita de Dios, narrada por extenso en la segunda parte.

En mi opinión, la extensión y abundancia de detalles con la que se refiere la gira celestial hacen que decaiga un poco el nivel conseguido en las primeras doscientas páginas. El humor se transforma aquí en un sangrante instrumento de crítica social, política y religiosa, porque el autor se esmera en indicar cómo lo peor que le puede suceder al orbe en general y a la nación española en particular es esa llegada del Altísimo, esa revelación de que, por desgracia, el ser humano ha sido creado a su imagen y semejanza, con todas sus bajezas y sus arbitrariedades.

Sería injusto no destacar el demoledor retrato de Dios que ofrece Jardiel, mostrándolo como señor de mediana edad, que cubre su cabeza con un sombrero hongo color café y expresa sin pudor sus gustos populacheros (durante su estancia en la capital española se aficiona a los toros y se hace hincha del Real Madrid) y su defensa de la dictadura y la tiranía.

Una parodia que termina de construirse en el tercero de los libros, que retoma la historia de Federico y Natalia, y donde la naturaleza poco compasiva del Creador se descubre en toda su crudeza.

En definitiva, una novela felizmente rescatada esta Tournée, que vio la luz editorial, cosas de la Providencia, coincidiendo con la polémica visita del Papa Benedicto a nuestro país, y que aconsejo leer a todo aquel que esté convencido de que reír y pensar son dos actividades que se complementan a la perfección.

Patricia Esteban Erlés