la perla de china

Opinión:

Pearl S. Buck era la autora favorita de mi madre; tenía todas sus novelas y yo crecí escuchando sus historias; sus obras fueron mis primeras lecturas, por lo que esta escritora ocupa un lugar muy especial en mi corazón. Esta es la razón que me llevó a solicitar reseñar la obra de Anchee Min “La perla de China” inspirada en la vida de la escritora estadounidense.

Siempre digo que la opinión que tienes de un libro depende, en gran medida, de las expectativas que despierta en ti, de lo que esperas encontrar en esa obra en concreto. Lamentablemente debo decir que “La perla de China”, en este sentido, me ha defraudado; esperaba leer una biografía novelada de la autora norteamericana y si bien es verdad que su figura está presente en gran parte de la obra, actúa como mero telón de fondo de la historia de Sauce; la novela dista mucho de ser una recreación de la vida de Pearl S. Buck. En una nota de la autora al final del volumen, Anchee Min nos dice que su intención ha sido hacer un recorrido por la vida de la escritora desde un punto de vista chino. Quizás vista así resulte convincente y apropiada, pero para una mentalidad europea queda muy lejos de la concepción que tenemos de biografía novelada.

Una vez dicho esto, la verdad es que “La perla de China” es una novela que está muy bien. Sigue la vida de una mujer china desde su infancia a su senectud y como telón de fondo encontramos la China convulsa de la primera mitad del siglo XX, con la Revolución Cultural de Mao y sus abusos.

Destacaría la parte que dedica a la conversión al Cristianismo del pueblo chino y la labor misionera de Absalom, el padre de Pearl S. Buck. Me ha parecido lo más logrado de la novela. Refleja admirablemente las dificultades que el misionero encontró en su tarea evangelizadora y su celo desmedido en el cumplimiento de su deber. El padre de Sauce recrea muy biencómo, en un principio, los chinos se acercan al misionero buscando su ayuda material y no dudan en fingir su conversión. También resultan muy interesantes y divertidos los pasajes donde nos explica la picaresca china para seguir con sus prácticas religiosas, ahora sí plenamente convertidos al cristianismo, a pesar de las persecuciones del régimen maoísta.

La obra parece sugerir la idea de que el pueblo chino necesita adorar algo o alguien, sean sus dioses tradicionales, la figura del misionero Absalom en principio más que Jesucristo, y, al final de la novela, demuestran una clara devoción hacia Pearl S. Buck quien, por pasar su infancia en Chinkiang, parece haberse convertido en una heroína de su propiedad y, por lo tanto, en alguien a quien adorar y que da sentido a sus vidas.

La novela va de menos a más. Escrita en un lenguaje ágil y fácil de leer, atrapa tu atención poco a poco y, al final, resulta verdaderamente absorbente.

“La perla de China” es una interesante novela sobre la amistad y, en especial, sobre las dificultades de la vida de la mujer en China durante buena parte del siglo XX.

Jaci Alía Arreche