Anika entre libros

la mujer de negro

Ficha realizada por: Patricia Rubiera
la mujer de negro

Título: la mujer de negro
Título Original: (woman in black, 1992)
Autor: Susan Hill
Editorial: Círculo de Lectores


Copyright: © Susan Hill, 1992
© Círculo de Lectores, 2012
Traducción de Margarita Cavándoli
1ª Edición, Septiembre 2012 ISBN: 9788435010580
Etiquetas: autores época victoriana escritores espíritus estadounidenses fantasmas gótica gótico horror inglaterra intriga literatura americana literatura estadounidense literatura norteamericana más allá miedo misterio norteamericanos tensión

Argumento:


Sólo es un juego, después de todo, la tradición manda contar historias de espectros en Nochebuena. Pero para Arthur Kipps, no es un entretenimiento, es volver a revivir un pasado que trata de olvidar a toda costa. Un pasado que le llevó a la casa de Eel Marsh, a la fallecida señora Drablow, a las marismas, a la misteriosa mujer de negro… al terror más absoluto.

Opinión:


Una terrorífica tormenta, las ramas de los árboles azotando los cristales a causa del viento, un cómodo sofá, una manta, una chimenea si es posible, una buena historia de fantasmas… eso es la felicidad. Pocas sensaciones más placenteras que pasar miedo, mirar de reojo entre las sombras mientras ante sus ojos seres de ultratumba acarician con sus helados dedos tu nuca, y los dedos de “la mujer de negro” son extremadamente gélidos.
 
Susan Hill escribe a finales del S.XX una historia de fantasmas de tradición gótica y consigue hacernos creer que ha sido realizada en la época victoriana. De principio a fin es una trama sólida, sin fisuras, que va in crescendo página a página, nos sumerge en la incertidumbre de ese velo que separa lo real de lo irreal y nos arrastra a rincones de nuestra imaginación que mantenemos ocultos para evitar que los seres malignos que allí habitan salgan a la superficie.

La mujer de negro” comienza con un viaje, el mismo camino que muchos años atrás Bram Stoker quiso que realizara Jonathan Harker, desde ese momento caemos en las redes de una trama que se empeña una y otra vez en mostrarnos lo imposible, y no sólo lo logra, sino que, a la vez, nos va encogiendo el corazón más y más, como si un puño invisible nos lo oprimiera de tal forma que nos faltara hasta el aliento. Una ambientación cuidada, en la que no es difícil imaginarse en las marismas, rodeados de esa agua cenagosa, de la persistente niebla, de la presencia que lo abarca todo,  es la responsable en gran medida de que se nos erice el vello en más de una ocasión, a ello se une una narración pausada, acorde a cómo se van sucediendo los acontecimientos, que termina por hacernos esperar lo peor detrás de cada puerta que se abre. El protagonista nos hace cómplice de sus miedos, nos obliga a bajar cada peldaño hacia lo sobrenatural junto a él, nos obliga a mirar a la figura fantasmal a los ojos mientras nuestras pupilas se dilatan ante tan tétrica manifestación, todos somos presas de “La mujer de negro” y su influjo llega más allá de las páginas del libro, convirtiéndonos a la vez en víctimas y testigos de lo que se encierra en la vieja mansión, y nos damos cuenta de que es a nosotros a quien quiere.

El moho, el abandono, la podredumbre, la malignidad y el odio, nos caen encima como una losa y sabemos que no podemos pedir ayuda, nadie, absolutamente nadie está dispuesto a cruzar el paso, no quieren correr el riesgo de pasar allí una noche con nosotros. Los pavorosos silencios de los vecinos de la localidad son casi tan terribles como las apariciones de la odiosa mujer, los susurros al caer la noche, las miradas huidizas, el terror que flota en el ambiente son la señal inequívoca de que nos hemos embarcado en un viaje del que no podremos salir indemnes, sabemos demasiado, hemos visto mucho, tanto, que algo de ese terror se ha pegado a nuestro ser y no nos dejará ser completamente felices… jamás. No hay consuelo, la tragedia se repetirá una y mil veces, pero ella no entiende que compartimos su dolor, no le basta, quiere hacérnoslo sentir en nuestras carnes, noche tras noche, hasta el fin de los tiempos.

La única salida es huir, no volver la vista atrás, olvidar que alguna vez tuvimos algo que ver con la mansión Marsh, llenar nuestra vida de risas y cielos azules… hasta que una sombra oculte el sol, nuestro cuerpo se estremezca y entonces, sí, entonces sabemos que todo ha sido inútil, a plena luz del día, recibimos el mazazo definitivo, el más cruel de todos, sabemos que ella está a nuestra espalda y comprendemos que nunca debimos traspasar el umbral de aquella casa.

Por eso ahora me arrepiento, nunca tuve que hacer caso de aquellos que me decían que era un historia terrible, la ideal para una noche de tormenta; sólo querían convertirme en una pieza más del macabro juego, porque una vez que miras a los ojos de “La mujer de negro” sólo puedes esperar a que venga a reclamarte el pago de tal acción.

Patricia Rubiera

Frases de esta opinión pueden utilizarse libremente en otros medios para promoción del libro, siempre que no se varíe y se mencionen al autor de la misma y al medio anikaentrelibros.com

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