la mano de dios

Opinión:

Inteligente trama la que ha urdido Ximo Cerdà para atrapar al lector desde el primer capítulo de su novela, en la que la labor de documentación es estupenda, los personajes están trabajados al detalle, la brutalidad de los crímenes consigue impresionar, la acción es trepidante, el misterio enorme, y la ciudad de Xàtiva, con sus historias y sus leyendas, el marco perfecto para un macabro asesino en serie.

Algo tendrá “La mano de Dios” cuando consigue que el lector sea capaz de devorar sus casi 600 páginas en un suspiro, y es que la atmósfera creada por Cerdà es tal que es imposible abandonar la historia hasta su punto final. Pocas novelas consiguen despertar la fascinación a base de describir un crimen repugnante, el autor lo logra con creces, porque desde el hallazgo de los cadáveres de los dos jóvenes, nos vemos sumergidos en una espiral de misterio pavoroso que ya no nos abandona. Hay que decir que los asesinatos son macabros en grado sumo, su descripción no deja lugar a la imaginación, pero son tan fascinantes que no podemos evitar deleitarnos con cada detalle abominable que se nos cuenta; aunque parezca mentira, cada crimen supera al anterior en brutalidad y habilidad, todo un logro.

Pero no es sólo la naturaleza de los crímenes lo que nos hace caer en las redes de la historia, es también esa fina tela de araña que ha tejido entre todos los personajes de la novela, las interacciones entre ellos son casi tan interesantes como la trama principal misma, consiguiendo que nos encariñemos con unos, aborrezcamos a otros y nos intriguen casi la mayoría. Si a esto unimos una excelente lección de historia y arquitectura entorno a la ermita del Puig, contado de manera amena y misteriosa, mezclándolo con una historia sobre los orígenes del tarot, y un ritmo que no decae en ningún momento, tenemos los ingredientes perfectos para cocinar una muy buena novela con la que acabamos implicándonos hasta el punto de hacer nosotros nuestras propias elucubraciones sobre el asesino. El aderezo final es el ingenio tanto de los protagonistas como del autor, al que se agradece no sacarse ases de la manga para la resolución final, todas y cada una de las pistas estaban ante nuestros ojos y nos fueron explicadas en su momento, hay que ser muy hábil para hacer algo así y no aburrir en el intento.

Sus continuas vueltas de tuerca consiguen que quieras seguir avanzando en la lectura para saber si tus conjeturas sobre el criminal son correctas o no, si estamos acertados en la identidad del depravado autor de esas bestialidades y, cómo no, si hemos dado en el clavo a la hora de ver qué le llevaba a destrozar a personas sin motivo aparente.

“La mano de Dios” es un gran ejemplo de que con una historia bien hilvanada, trabajo de campo, habilidad e ingenio, y detalles morbosos, se puede conseguir una estupenda novela que gusta a personas de muy diversa índole. A tener muy en cuenta.

Patricia Rubiera