La juglaresa

Opinión:

En esta ocasión la autora gallega de "La catedrática" nos recrea la vida de María Pérez "la Balteira", una soldadera que vivió durante el siglo XIII, que pasó bastante tiempo en la corte de Alfonso X y consiguió del rey el permiso para que los grupos itinerantes, juglares y trovadores pudiesen establecerse en la Corte de forma permanente.

Esta recreación sigue lo poco que se conserva de los romances escritos en aquella época sobre el personaje. En el texto aparecen, en alguna que otra ocasión, partes de estos romances dedicados, en su mayoría, al escarnio de "la Balteira".

"La Juglaresa" nos muestra a una mujer valiente, decidida a afrontar su vida y a tratar de salir adelante en cualquier circunstancia, lo que no era muy bien visto en la época medieval, de ahí que corriesen rumores sobre su vida y su forma de vivir; rumores que le hicieron perder su reputación y la convirtieron en quien no era, pero que gracias a ellos parte su historia ha quedado recogida en los pliegos de los cantares.

De la mano de María Pérez veremos cómo era la vida de los artistas itinerantes: cómicos, soldaderas, bailarinas, juglares y otros que recorrían los caminos en búsqueda de dinero y alimento.

La historia, contada en primera persona, comienza en la juventud de María Pérez, mostrando su pasión por el baile y la música; pasión por la que se vio obligada a marchar de su casa y de su tierra y comenzar una vida de aventuras junto a un grupo de músicos y una soldadera de fama.

Con el tiempo vemos como "la Balteira" comienza a ser famosa, lo que conlleva la envidia de alguno de sus compañeros, el rencor de la propia reina y un amor que ella no entiende.

La historia nos llevará a vivir situaciones variopintas con desenlaces sorprendentes, pero que nos servirán para conocer de primera mano el tesón y la energía de tan formidable mujer.

Es una novela ligera que se lee prácticamente del tirón y que consigue atrapar al lector casi desde la primera página, ansiando saber más sobre lo que la vida deparará a nuestra protagonista. Una vida a veces alegre, a veces triste y otras con un gran regusto amargo que deja posos de dolor y de frustración en el lector.

Una novela interesante, sobre todo a la hora de descubrir que en la Edad Media también había mujeres que tenían algo que decir.

El problema está tal vez en el título; la verdad es que me esperaba a una juglaresa en el propio sentido de la palabra y no a una soldadera. Sin embargo, eso no deja de ser una cuestión menor al lado de lo que cuentan sus páginas.

Mila L. Castelo