La inquietante historia del horror

Opinión:

Decía Lovecraft, ese gran maestro de la literatura gótica, que "La emoción más antigua y más fuerte de la humanidad es el miedo, y el miedo más antiguo y fuerte es el miedo a lo desconocido". Esta magnífica frase bien puede servir como introducción al contenido de este ensayo, que a priori se nos antoja un viaje espeluznante, un compendio de ejemplos en formatos diversos, a través de las épocas, de uno de los géneros más leídos de todos los tiempos: el terror, el weird, la ficción extraña, el Gore... El autor nos trae un repaso exhaustivo de cientos de obras de ficción que han cimentado las bases de la literatura y el cine de terror y fantástico.

Darryl Jones define el género de terror como es hoy a través de ejemplos de libros, películas, podcasts y otras fuentes. En "La inquietante historia del terror", Jones presenta hipótesis sobre los beneficios del género, ofrece argumentos en contra de las creencias actuales y postula los beneficios. Una de sus ideas a la que se refiere, como la teoría de la catarsis, es de que el horror actúa como un juego de roles que permite a los curiosos experimentar la violencia, satisfaciendo el impulso de cometer actos de violencia real.

Una idea que plantea Jones es la evolución de la respuesta al horror. Si bien cierta clase de miedo es universal y transcultural, Jones señala que algunos terrores evolucionan como resultado de la influencia moderna. Una exploración bien investigada y articulada de las influencias de los prejuicios modernos de la salud mental influyen en el género del horror y en cómo lo perciben diversas profesiones y personas.

Arrancaremos el libro disfrutando de la erudición de este autor, que nos cuenta cómo el horror está presente desde que el hombre tiene uso de razón en todo lo que este ha puesto sobre el papel, pero sobre todo en el arte, y la consolidación del género en la cultura popular. Cada época tuvo su sello, coincidentes con las angustias de cada momento histórico: el miedo a la bomba atómica, a los asiáticos, a la invasión extraterrestre, llegando al miedo a las enfermedades infecciosas, también un signo de nuestros propios tiempos. 

Cuando se apagaban las luces de la era de la ilustración, en Francia aparece Allan Kardec y con él el movimiento del espiritismo, y el resurgimiento del temor sobrenatural a los fantasmas. La creencia en los fantasmas, por un lado, venía dada por la teoría de la evolución de Darwin, a un nivel psicológico. Por otro lado, en esta era de la modernidad, el demonio también jugaría un papel central, gracias a la lucha de la iglesia católica por adaptarse a unos nuevos tiempos que le eran esquivos.

Más adelante en la lectura, nos adentramos plenamente en el horror moderno y posmoderno, conociendo las diversas variantes del horror corporal, desde el marqués de Sade hasta las legendarias leyendas de los hombres lobo y otras y variadas, aunque no menos abyectas, horripilantes metamorfosis.

Nuestro autor sabe bien de qué hilos tirar y no se guarda nada. Nos hablará sobre los distintos enfoques de la locura, y su indudable conexión con el terror. Conoceremos al doppelganger, fruto de la imaginación afiebrada de Stevenson, o los crímenes aberrantes elucubrados por Poe. ¿Pueden suceder semejantes sucesos como los acaecidos entre las brumas del Londres victoriano, a manos de un carnicero apodado Jack el destripador? Jones lo narrará todo tan conciso que el frío de los callejones londinenses se nos pegará a los huesos... Y también la sangre.

No faltarán los mad doctors, las máquinas que de repente toman conciencia de sí mismas, robots y androides sueltos arrasando todo a su paso... y el miedo actual a la rebelión de la inteligencia artificial, esos ordenadores que parecen dejar de obedecer a sus creadores y tienen que ser desconectados antes de que suceda una tragedia imposible...

Terminaremos con el horror en nuestro Internet actual, y cuáles son sus nuevas formas de expresión: memes, Creepypastas, videos virales de asesinatos que nadie sabe si son reales... ¿Y si lo fueran? Porque, en definitiva, la esencia del miedo consiste en dejarnos muy en claro que lo que vemos es real, mucho más real de lo que pensamos. 

Un magnífico ensayo que se me quedó corto.

Extraordinario. 

Violeta Lila