la iglesia roja

Opinión:

No hay nada como leerse una novela de este tipo para desempacharse de textos más densos: es rápida, está llena de momentos claves, profundiza lo justo en los personajes e insiste en lo que importa en esta historia en concreto: el fanatismo y el elemento fantástico-terrorífico. Así, pueden perdonarse las pequeñas cosillas que le dirías al autor para redondear la narración, que las tiene, pero que si no exiges en exceso puede resultar un conjunto de horas de lectura de mucho disfrute.
 
“La iglesia roja” fue su primera novela y la escribió en el 2.002 pensando en las leyendas que rodeaban a una iglesia apalache encantada cerca de su casa. A partir de entonces el resto de sus obras han sido influenciadas por aquello que conocía, y al parecer ha sido un éxito pues Scott Nicholson vive exclusivamente de la literatura.
 
Dos cosas resaltan en la novela: el fanatismo y el personaje monstruo-fantasma que invade sus páginas sembrando el terror.
 
El uso del fanatismo religioso es fantástico, lo ha llevado al límite. Consigue que Ronnie, el adolescente, no consiga salir de su confusión en ningún momento porque tiene a un padre baptista y a una madre acólita de una secta. No se conforma con que el creyente en la secta lo sea, también lo es el baptista –que dentro de esta historia se consideraría un creyente normal- en algún momento dado, y eso provocará muchos momentos en que sentirás pena por el crío, tan confundido se ve siempre. Y ese mismo fanatismo que crea monstruos, apoya aberraciones y mueve toda la historia de terror, será clave pero inútil sin un segundo elemento: el fantástico.
 
El reverendo Archer no es una persona normal, ni siquiera la madre que lo crió –que supera con creces a la madre de la famosa Carrie de King-, y durante todo el tiempo te estarás preguntando cómo solucionará el autor la situación en la que mete a los personajes: ¿Archer es un dios o un monstruo? En cualquiera de los dos casos habrá dudas y detalles que pueden quedar como flecos sueltos, no obstante hace un intento final por arreglarlo que, si bien no es redondo, sí está tan lleno de acción que llegas a ver en una pantalla cada momento: y es ahí donde prácticamente le perdonas sus errores. Un guión un poquito mejor y la película sería para pegar unos cuantos gritos.
 
Sin duda hay cositas que no cuadran; Pondré sólo un ejemplo: Linda está ciega todo el tiempo ante el poder hipnótico de Archer, pero al final dejará de estarlo porque sí… y eso les sucede a otros también sin que el autor indique una pérdida de fe o un descenso de su poder. Scott Nicholson juega mucho con el “pues ahora cambiamos” para dar otras vueltas de tuerca, pero lo hace en función de una mejora en hechos que desencadenan muchos más motivos de susto. Es decir, es una técnica. Quizá con los años logró mejorarla pero aquí es principiante y se nota un pelín. Aun así, insisto, la novela tiene suficientes motivos para leerse, aunque el principal sea entretenerse y sobre todo disfrutar del terror.
 
A mí, desde luego, me han entrado ganas de leer sus otras novelas. A ver si hay suerte y se publican en España, por ejemplo la que quedó finalista en el premio Stoker o la que fue destacada por el Mystery Guild Book Club.
 
Anika Lillo