La dictadura de los datos

Opinión:

El escándalo de Cambridge Analytica permitió conocer dos verdades hasta ese momento desconocidas, el mercadeo global de datos personales, y el cambio radical en la forma de entender y hacer política. Una de las grandes novedades que trajo consigo la llamada segunda ola de internet, fue la posibilidad de procesar y aprovechar fabulosos volúmenes de datos generados por la actividad de los usuarios cuando acceden a internet, a apps, a redes sociales o simplemente a enviarse correos electrónicos o mensajes, convirtiendo a estos en productos comercializables en un novedoso mercado global de los datos, el llamado nuevo petróleo del siglo XXI, haciendo de la privacidad una molestia sin más trascendencia para su negocio virtual. Y esta realidad animó a unos expertos en análisis de datos a usar esa información en las campañas electorales, no sólo averiguando las opiniones de los usuarios de las tecnologías de la información, sino sobre todo usando sus opiniones y prejuicios para, fabricando noticias falsas o informaciones distorsionadas, desmovilizarlos o por el contrario animarlos a ir a votar en favor de los intereses de quien pagaba las facturas de la empresa de consultoría. Eso que la autora denomina acertadamente "dictadura" de los datos, porque estos se han convertido en un arma política profundamente antidemocrática. 

Una actividad que cambió la manera de entender la política porque los debates o ideas cedían su protagonismo a la "cocina" de la información, más proclive a estimular estados de ánimo que a la confrontación de ideas o programas políticos, poniendo el énfasis en esas masas de ciudadanos normalmente olvidados de las fuerzas políticas tradicionales, que, después de esta novedad en la estrategia política, iban a crear nuevas realidades electorales en forma de populismos o polarización ideológica, siempre sesgados hacia la derecha más conservadora. Un nuevo fenómeno, un nuevo mercado, que contó con la complicidad, por meros intereses económicos, de las más poderosas redes sociales, como Facebook, que no dudaron en entregarles toda la información de sus usuarios a cambio de suculentas ganancias en forma de publicidad engañosa tan personalizada como falsa. Algo que, a pesar de este escándalo, sigue siendo un problema general sin resolver en el ámbito de las grandes corporaciones tecnológicas, que aún viven de la publicidad personalizada derivada de la captura de datos personales.

Este libro desnuda esa realidad desconocida hasta que se hizo público el escándalo de la empresa Cambridge Analytica, relatado ahora en detalle por una de sus más directas protagonistas, que, desde unas convicciones progresistas y además con experiencia personal como colaboradora en la campaña presidencial de Obama, se dejó deducir, por razones fundamentalmente económicas, por esa empresa que consiguió una sofisticada maquinaria de publicidad electoral, prácticamente especializada en políticos muy conservadores y en algunos casos muy populistas.

Brittany cuenta su atracción fatal a esta empresa financiada por millonarios de extrema derecha y por movimientos políticos ultraconservadores y populistas, que explican en gran medida el éxito de fenómenos políticos hasta hace unos años inesperados, como el Brexit o de Trump. En este libro biográfico, Brittany Kaiser describe desde su experiencia personal la naturaleza y verdadera dimensión de aquel escándalo que removió la conciencia de millones de personas en todo el planeta, pero que a la postre su única virtualidad ha sido una batalla entre democracias y corporaciones tecnológicas que hasta ahora está siendo ganada por los últimos, a pesar de vergonzantes y apuradas comparecencias en sedes parlamentarias de los representantes de estas corporaciones, acompañadas de investigaciones de fiscales y tribunales, amén de reiteradas e inútiles multas y sanciones.

Un libro imprescindible para comprender el problema político que está generando en las democracias el uso de la tecnología, y especialmente el de los datos personales y debilitamiento del derecho a la privacidad, sólo justificado por intereses de sectores ideológicos que actúan en los márgenes del sistema, y sobre todo por el interés económico de corporaciones tecnológicas que han hecho del mercadeo de los datos personales de sus usuarios un penoso y lucrativo negocio. Una obra necesaria para entender el presente y reflexionar sobre el futuro que nos espera, mientras las democracias no solucionen este defectuoso e inquietante funcionamiento del sistema. Un libro ameno, directo, sin excesos narrativos que hubieran afectado a la verdadera virtualidad de este grave testimonio, que atrapa al lector gracias al hilo del relato en primera persona de una de sus protagonistas, ese mismo que nos asusta por su brutal eficacia a la hora de describir el embrollo en el que han metido a las sociedades democráticas del mundo. No dejen de leerlo, con absoluta urgencia.

Jorge Riet