La cueva de Nico

Opinión:

Este breve y entretenido libro ilustrado es ideal para niños y niñas que se estén iniciando en el mundo de la lectura. Combinando imagen y texto, no hay muchas palabras que leer, la mayoría de las cuales, además, no constituyen ningún problema de comprensión. El año pasado, en 2017, estuvo entre los finalistas del "Nottingham Children's Award 2017".

Contiene esta obra una gran carga de lección moral que los padres, hermanos/as mayores o tutores deberían aprovechar para hacer entender al público más pequeño el valor de lo que se posee. El mensaje del libro gira en torno al poco valor que se le concede a aquello que a uno le pertenece y a esa constante búsqueda de felicidad que precisamente ocasiona un olvido en el valor de lo que se tiene. Con una lectura conjunta, entre persona adulta y lector pequeño, si se trabaja más allá del puro texto, puede crear un efecto muy positivo en el niño o niña de cara al futuro. 

Las ilustraciones son grandes, claras, nítidas y bonitas, un tanto simplistas y con tono oscuro. Es una pena que la autora no haya potenciado más el uso de las imágenes. Procuran una información que el texto no expresa, pero uno no tiene que devanarse los sesos para interpretar el mensaje o para percibir segundas lecturas. Aun así, a buen seguro que el lector se entretendrá y se deleitará con ellas, con ánimos, tal vez, de querer emularlas en una hoja aparte. 

La autora ha optado por elaborar un texto que parece narrado por un mismo cavernícola, lo que engendra un texto carente de verbos conjugados o oraciones. Para pequeños lectores que están empezando a aprender a cómo expresarse correctamente en castellano, tal vez choque un poco, si bien con toda probabilidad arrancará más de una risa. Estaría bien que la persona que acompañe en la lectura le haga ver que es un cavernícola quien narra y que no se suele hablar así. Son esponjas y espabilados, pero fácilmente influenciables. 

Frann Preston-Gannon lleva poco menos de una década dedicándose al mundo de la ilustración y de la literatura infantil. En abril de 2011 tuvo la gran suerte de pasar un tiempo con Maurice Sendak, uno de los mejores en el mundo de la ilustración. Ha publicado hasta trece álbumes ilustrados y ha cosechado varias nominaciones y premios británicos.

Cristià Serrano