La ciudad mimética

Opinión:

Qué puñetera maravilla me acabo de leer, qué control de géneros, qué narración y qué magníficos personajes. Éste es uno de los mejores libros leídos desde principios del año. El tremendo diseño de la cubierta es de Elisa Ancori.

Magnífica novela tipo enredadera... a la cual hay que treparse y dejarse llevar. Empezaremos sabiendo que cada seis meses, la ciudad de Valencia lleva décadas asolada por unos misteriosos crímenes. Nuestro protagonista principal es el inspector Eduardo Castañeda, destituido seguirá su propia investigación. No se encuentra en su mejor momento, acaba de enterrar a su hijo de seis años. Esta será otra historia paralela que investigará la agente  Ángela, lo que vaya descubriendo nos pondrá el corazón en un puño.

Entraremos de lleno dentro del género policíaco, moviéndose toda la jerga policial en busca de seis asesinos en serie que comparten el mismo ADN. ¿Cómo se os ha quedado el cuerpo? Sabremos de "el asesino compasivo" que les inyecta pentobarbital, tendremos otro que les hace ingerir a sus víctimas sustancias corrosivas, "El purificador" llamado así por quemarlos vivos, " El inquisidor", sus torturas son terribles, " El caníbal", no creo que haga falta el motivo de su apodo y por último el que utiliza un hacha para destrozarlos. Todos dejan diversos objetos en la escena del crimen, aunque no sirven para nada, son individuos no identificados. Entre cada asesino existe un periodo diferencial temporal, ¿por qué motivo?

Eduardo, en solitario, y por otro lado sus antiguos compañeros, se rompen la cabeza en unos cuerpos cubiertos por una fina capa de arenilla que no pertenece a nuestro mundo. Una nueva masacre aterradora, cuyo patrón de conducta cambió, les pondrá en alerta. Cuerpos a los que la autora no le tembló el pulso descubriéndonos su hedor, fluidos biológicos... seres de dientes afilados que sonríen en los interrogatorios bramando luego aullidos insoportables.

Los diálogos son de sobresaliente, fuertes, se sienten tremendamente reales, acompañados de esa escenografía de una Valencia que dejó de ser un lugar de luz y color para convertirse en una ciudad sumergida en polvo y arena, habitada por personas intentando sobrevivir en unas condiciones totalmente desfavorables.

Escuchad, atender a ese predicador que grita en la calle de mundos conectados, de monstruos asesinos.

En los asesinatos estaremos cuando ya han ocurrido, salvo uno presenciado por nuestro protagonista y nosotros con él. Aun así, todo se describe de forma terrorífica y oscura. Saltamos al género del terror dejando un poco de lado lo policial. Penetraremos en esa feria conocida por el nombre de "Contempla una muerte". El morbo, la mayor droga conocida por el ser humano, la adrenalina y la excitación de contemplar el sufrimiento ajeno, ¿es ficción? ¿Tiene algo que ver esta feria con la ciudad mimética?

Corrupción, demasiado dinero moviéndose, personas poderosas dejándose sobornar. Nada nuevo en nuestro mundo.

La ciencia ficción entra de golpe sin dejarnos todavía asimilar lo que vamos leyendo con esa ciudad mimética que actúa... se camufla... que cambia su rostro y nos muestra sólo aquello que le conviene. Un lugar terrible de criaturas carnívoras y hambrientas. En ese lado acabará Eduardo con otros personajes en una dimensión oculta y aberrante que esconde la verdad de esos asesinatos.

De nuevo, una magnífica ambientación de esa extraña ciudad que deambula por los páramos del espacio. Un sitio hostil del que debes esconderte al caer la noche, hábitat de "Madre". Aunque en ningún momento nuestro protagonista dejó de serlo, en la ciudad su protagonismo será mayor, él no entró sólo para conocer la verdad, fue en busca de alguien de su pasado que creía muerto.

Mari Carmen Copete, mientras nos narra lo que va ocurriendo, irá cerrando la trama principal de Eduardo y su pasado, una historia que nos invita a reflexionar si la maldad se hereda de los padres, de lo que se vive en la infancia o si podemos darle la espalda y empezar una vida sin violencia.

Él deberá pagar lo que hizo, la ciudad también a su manera, pero al final seremos nosotros los jueces de esta extraordinaria historia donde los monstruos no son todos aquellos que lo parecen.

Auténtica explosión de talento, en la que más allá de su calidad hay que destacar el modo soberbio de mezclar géneros tan diferentes y que encajen con tal perfección. Varias veces tuve que dejar de leer para comprobar el nombre de la autora, ¿esto se escribió en España?

Extraordinario, extraordinario, extraordinario.

Violeta Lila.