La blusa

Opinión:

¡Madre mía con la blusa de seda!

Como me va a ser imposible entretenerme hablando de la ilustración porque la historia me tiene loca, os diré que se reconoce a Vivès en sus dibujos a primera vista. Acertado, contundente, explícito. "La blusa" está coloreada en blanco, negro y tonos de grises. No necesita más. Entre el estilo del autor francés y la trama que nos ofrece… Wow. Además Diábolo Ediciones la ha editado en tamaño grande y tapa dura, y son doscientas páginas. Un buen libro con un buen acabado y una nota que no roza el aprobado, traspasa el diez.

Una vez más me he quedado fascinada con una historieta de Bastien Vivès. Qué enorme capacidad tiene de narrar una historia de personajes que no pasa de puntillas por ellos, si no que se detiene profundamente en su psicología personal. Y lo hace de diez, con unas ilustraciones que transmiten con total rotundidad aquello que el autor ha querido expresar a través de ellos.

En esta ocasión la mayor -y casi única- protagonista es Séverine, una universitaria con novio; un chico normal, con amigos, que ve series de televisión y habla de informática; nada extraño ni reprochable excepto, quizás, que no hace excesivo caso a su novia, o al menos ella parece sentirse invisible ante él y sus amigos. Y esto es justo lo que cambiará en cuanto Séverine deje caer la seda sobre su cuerpo y vea el efecto que la blusa genera en los demás.

Aunque su primera intención es "devolvérsela mañana", la sensación de poder y posiblemente una falsa autoestima más alta de la que tiene, hace que no la devuelva tan rápido como pensaba. Cuanto más la lleva encima y comprueba que los demás parecen mirarla de otra forma (de pronto no sólo no es invisible si no que despierta admiración en los demás) más le cuesta quitársela. Y le pasan suficientes cosas como para que la blusa pueda no salir bien parada.

Ni os imagináis la de cosas que suceden (porque el hecho de que sea un comic no significa que no sea literatura, sólo que Vivès lo expresa todo a través de sus pequeños diálogos y sus muchos dibujos). Dejémoslo en que ella se obsesiona con esa otra yo que consigue lo que quiere y arrastra las miradas y la admiración de los demás, que se siente bien con su nueva personalidad, y -para que nos entendamos- la blusa es como la capa de Superman. Si te la pones, vuelas (en todos los ámbitos de tu vida, corriendo incluso riesgos que antes serían inaceptables).

Brutal. Fascinación pura por Vivès y sus historias.

Anika Lillo