La Biblia de los códigos secretos

Opinión:

Este libro puede afrontarse de varias maneras, algo que el mismo autor, Hervé Lehning, reconoce en el inicio del capítulo 2, donde manifiesta que habrá muchos lectores que se acercan a "esta obra como un libro de historia y no como un libro de matemáticas".

Vaya por delante, que en esta primera lectura estoy dentro de ese grupo que puede ser mayoritario, pues considero que, si me pusiese a intentar descifrar los códigos repartidos por el libro, que ya de un principio me parece una tarea ardua, tardaría bastante en preparar esta reseña para que fuese publicada.

Ahora bien, el gusanillo ha quedado ahí y llegará el momento, que será cuando disponga de tiempo, papel en abundancia para los sucesivos intentos y el ánimo esté bien dispuesto, en que me ponga con la labor y supere alguno de los retos propuestos, que seguro será muy entretenido.

Por cierto, como es de suponer, puesto que el original de este libro es en francés, los ejercicios han sido adaptados criptológicamente, de acuerdo a cada clave concreta, al español, para que puedan ser resueltos por el lector que esté interesado en superar el reto propuesto.

Un vistazo al índice muestra con claridad que buena parte de los avances en el desarrollo de los códigos secretos son una consecuencia directa de las guerras y la necesidad de transmitir los mensajes de manera que su contenido se mantuviese oculto para el enemigo. Supongo que habrá habido que consiguiesen su propósito y no hayan dejado rastro, que de eso se trata también, aunque lo que es aquí, menudean ejemplos de los que fueron fallidos, pues se llegó a descubrir el mensaje contenido, lo que influyó, como era de esperar, en el desarrollo de los siguientes acontecimientos de esos conflictos bélicos.

Por esos capítulos desfilan una extensa lista de métodos cifrados, como diccionarios, códigos de iniciados, cifrados por sustitución o por transposición, sustituciones polialfabéticas, discos de cifrado, la máquina Enigma o los cifrados asimétricos actuales.

No obstante, tengo que advertir a quien esté dispuesto a descifrar los ejercicios propuestos que hay una zona que le estará prohibida dentro del libro, al menos hasta que los vaya resolviendo, pues el autor ha incluido las soluciones en un apartado titulado "Lo que debemos descifrar: soluciones". Si acaso no se ve capaz de resistirse a la tentación, puede optar por grapar esas páginas, cuyo grosor completo, son quince hojas, será asequible para la capacidad de una grapadora.

Mientras tanto, lo que sí me ha ofrecido "La Biblia de los códigos secretos" es una visión amplia y concienzuda de las diferentes formas, más o menos ingeniosas, de transmitir un mensaje, desde la Antigüedad hasta nuestros días, desde los métodos más manuales o prosaicos, hasta los procedimientos informáticos que persiguen la máxima seguridad… a día de hoy, que mañana puede encontrarse una estrategia que la vulnere y tocará aumentar, de nuevo, como tantas otras veces, la seguridad de los códigos criptográficos.

Sea como sea, la lectura de "La Biblia de los códigos secretos" resulta muy estimulante para quien esté interesado en la criptografía y la historia de su desarrollo, sobre todo si quiere poner en práctica el conocimiento aprendido en sus páginas.

Selin