La bella y la bestia & Cuentos del hogar

Opinión:

Aunque el escritor estadounidense Bayard Taylor es más conocido por sus libros de viajes y por su poesía, aquí lo encontramos como narrador de cuentos.

Son en total nueve relatos cortos entre los que destaca el primero, en el que el protagonista es un rico príncipe déspota y malhumorado, maltratador de sus súbditos hasta que conoce a Helena, la mujer de su hijo. 

También hallamos la historia de dos hermanos gemelos a los que ni siquiera sus propios padres distinguen, acompañamos en su retiro a un grupo de amigos en busca de la naturaleza y la vida sana, o podemos leer el informe que escribe a un editor una audaz y pionera defensora de los derechos de las mujeres. 

Pero en la mayoría de los cuentos el tema central es el amor, el amor correspondido y sin embargo infructuoso, no llevado a término por las circunstancias que lo rodean, por las trabas e inconvenientes debidos a motivos ideológicos, religiosos o convencionalismos que hoy en día no tendrían sentido, al menos en nuestra cultura occidental europea. Pero hay que tener en cuenta que las historias se desarrollan en el pasado siglo XIX. 

Destaca en el libro el contexto socio cultural en el que tienen lugar los hechos narrados. Predomina el ambiente rural, habitado por granjeros con sus vidas cotidianas marcadas por la dureza del trabajo y los prejuicios. En varios de los relatos los personajes pertenecen a la comunidad religiosa de los cuáqueros, caracterizada por la austeridad, no solo en la forma de vestir sino también en el comportamiento de sus miembros. 

Un aspecto destacado en el libro es la importante presencia de la Naturaleza en algunos de los cuentos. El narrador se recrea en la descripción bucólica del paisaje, de las flores y los árboles. Y por otro lado también destaca el agudo análisis de los sentimientos humanos de los personajes, resaltando valores como la bondad, la lealtad, la solidaridad o la fidelidad. 

En fin, unas interesantes historias narradas con sencillez y elegancia que nos retrotraen al pasado, pero que siguen vigentes porque el amor y las emociones no tienen fecha de caducidad.

Jarment