kitty a medianoche

Opinión:

Primera entrega de la saga Kitty Norville centrada en el mundo paranormal y en la que los licántropos son los protagonistas absolutos, si bien comparten páginas con otras criaturas de la noche. Se podría decir que “Kitty a Medianoche” trata la temática de los Hombres Lobo desde un punto de vista diferente al dado hasta ahora, nada que ver con la Saga Crepúsculo de Stephenie Meyer, ni con Los Lobos de Mercy Falls de Maggie Stiefvater, está dirigida a un público más adulto y en consonancia con los libros de True Blood de Charlaine Harris.
 
Lo más interesante de todo es su protagonista y la dicotomía a la que se ve sometida entre su mitad humana y su naturaleza lobuna. No es que a Kitty le desagrade particularmente transformarse en lobo, lo que odia es que esa parte sobrenatural pueda llegar a tomar las riendas de su vida; además el hecho de ser un cachorro en su manada la lleva a someterse al macho alfa aunque ella no quiera, sus instintos lobunos son tan fuertes ante sus protectores que la impiden autoafirmarse como individuo en su faceta humana. Esta lucha interna que mantiene la protagonista entre sus dos realidades se refleja en el libro mediante párrafos narrados en tercera persona cuando se transforma, en los que separa al animal totalmente de la persona para demostrarnos que ella es, ante todo, humana. Kitty es un personaje que evoluciona ante nuestros ojos de una manera paulatina, pasando de la extrema sumisión inicial hacia Carl –Macho Alfa- a una independencia total según avanza el argumento, todo ello desencadenado al admitir en las ondas hertzianas que ella es una de esas criaturas de la noche y es que, hasta en el reino paranormal, la verdad nos hace libres. A partir de ese momento la protagonista toma con decisión las riendas de su vida –o vidas- y se enfrenta a todo aquel que quiera someterla.
 
La trama contiene grandes dosis de misterio con diversos frentes abiertos, el lobo solitario que asesina sin piedad poniendo en peligro a toda la manada y a otras criaturas de leyenda, un traidor en el clan que hace lo posible por deshacerse de ella, una organización secreta gubernamental – Centro de Estudios de Biología Paranatural- que estudia a estos seres, y la más llamativa de todas, la existencia de una enigmática secta. La Iglesia de la Fe Pura acoge en su seno a todo hijo de la oscuridad pregonando poseer una cura para lo que les ocurre, pero si la entrada no es fácil, mucho menos la salida de ella.

Presenciaremos varios ataques y luchas entre los lobos que son muy visuales, con un punto cinematográfico, de una gran espectacularidad y donde la sangre, los desgarros, las tripas y las gargantas destrozadas abundan, Carrie Vaughn no se anda con miramientos a la hora de mostrarnos el lado salvaje de estos animales.
 
El programa de radio será el punto de encuentro en el que todas las subtramas convergen, sirviéndonos también para conocer más a fondo a los personajes y las diversas teorías que de estas criaturas se tienen. En él aparecerá Cormac, un cazador de monstruos que dista mucho de ser un mercenario y que acompañará a la joven en sus indagaciones, también es el medio por el que conoceremos a los vampiros, convertidos aquí en metáforas del poder infinito y, por supuesto, a los cientos de lunáticos entre los que decidir quién miente y quién no.

Una de las cosas más curiosas es que en “Kitty a Medianoche” la licantropía y el vampirismo no se tratan como maldiciones, se tratan como enfermedades, una especie de mutación genética indeterminada que puede ser curada, para unos, o debe ser exterminada, para otros. Es en este momento cuando se plantea un interesante debate, ¿de existir estas especies, tendrían que estar regidas por las Leyes de los humanos corrientes?
 
Como novela introductoria cumple un excelente trabajo, ya que presenta unos personajes y líneas de actuación muy atractivos, teniendo la agudeza de dejar los necesarios cabos sueltos y giros inesperados para continuar con la lectura en sucesivas entregas.
 
Una muy buena novela sobre el mito del licántropo revisionado desde el punto de vista de la enfermedad física con una heroína poderosa. “Kitty a Medianoche” es a los Hombres Lobo lo que la Saga Anita Blake de Laurell K. Hamilton es a los Vampiros.
 
Patricia Rubiera