Anika entre libros

huella jonda del héroe

Ficha realizada por: Gemma Nieto
huella jonda del héroe

Título: huella jonda del héroe
Título Original: (huella jonda del héroe, 2012)
Autor: Montero Glez
Editorial: Imagine Ediciones


Copyright: © Montero González, 2012
© Imagine Ediciones, 2012
1ª Edición, Abril 2012 ISBN: 9788496715509
Etiquetas: autores escritores españoles hispanos libros premiados literatura española literatura hispana premio

Argumento:


Barcos fantasmales, batallas imposibles de ganar que, sin embargo, fueron animosamente libradas, oscuros sonidos de eco negro, ventanas abiertas a los paisajes de sal, los dioses de la mitología y el Dios del Deseo fundiéndose para contar las huellas de Hércules por el sur de nuestra geografía.
 
"Huella jonda del héroe" es un viaje físico, histórico y místico por el universo del flamenco, donde se cruzan viajeros de la ficción y la leyenda, como Hércules o el Diablo, con viajeros de la vida real: Camarón de la Isla, el cantaor Rancapino, el pintor Ceesepe o el propio narrador.
 
Montero Glez traza las fronteras y recorre los territorios de una suerte de mapa imaginario del alma del flamenco. "Huella jonda del héroe" visita Cádiz, La Línea, Chiclana o Sevilla, pero es ante todo una representación invisible, conceptual y mágica narrada con la poesía, la pasión y el humor que definen el estilo de su inimitable autor.

Opinión:


Hay libros que te dejan sin palabras. O puede que tus palabras no alcancen para reseñar algunos libros.
 
Leo en el suplemento XL Semanal (número 943) un artículo escrito por Arturo Pérez-Reverte en el que el escritor afirma que “le envidio la prosa a ese hijo de puta [Montero González]. Lo juro. Lo dije alguna vez y lo repito. Soy académico de la Real y me gano bien la vida, pero lo cierto es que hay párrafos de Montero Glez. que dejan sin aliento. Que me obligan a volver atrás despacio, casi cabreado, para estudiar palabra a palabra el mecanismo genial que las articula y dispone…”. Después de esto, yo, humilde crítico literario, me quedo sin palabras que poder añadir.
 
Y es que el magnífico Pérez-Reverte tiene razón. Basta con leer una de esas frases contundentes de Montero Glez nada más comenzar la lectura de Huella jonda del héroe:“…tal vez escribir consista en saber expresar con palabras exactas la sensualidad que se esconde entre los muslos de una mujer cuando se alza en puntillas a tender la colada, por ejemplo. Y que sentir al Diablo no es sino el balanceo de esa misma carne al compás de una canción cantada con una pinza en la boca”.
 
A Montero Glez hay que leerle despacito, muy despacito. Las 170 páginas de su último libro, ganador del Premio Llanes de Viajes de este año, dan para muchas horas de entretenimiento. Esas 170 páginas hay que saborearlas como un buen vino. Convendría que dieran vueltas entre las papilas gustativas para luego dejarlas reposar en las cuevas de la boca antes de tragárselas.
 
Pero eso sí, no se crea cualquier iluso lector que estará a la altura del narrador. La novela es una especie de viaje onírico, cuenta muchas cosas para, al mismo tiempo, no contarte ninguna. Es como asistir a un monólogo de un amigo en la terraza de un bar de playa mientras el otro, algo borracho, te desgrana una parte de su vida, con mucha poesía, con puntos de humor, de sarcasmo, de ironía… y con sentimientos desgarrados, trágicos, incluso nostálgicos de una época que quizá nunca fue. Es una obra extraña, sí, quizá extraña sea la palabra que mejor la defina.
 
Durante la lectura, a veces pensé que su autor había escrito "Huella jonda del héroe" de una tacada, casi sin respirar. Supuse que se había puesto delante de su ordenador, o de su Moleskine (ahora que se lo puede permitir y ya no compra libretitas de alambres del todo a cien) y había escrito las 170 páginas sin apenas respirar. Luego, tras repasar lo que hay de su vida por la red y releer las respuestas a las entrevistas que encontré, he comenzado a pensar que ha ideado este libro capítulo a capítulo, con lo difícil que es dejar que la mente vague (y parezca que lo hace) cuando está más clara que el agua de una fuente de montaña.
 
Resulta muy complejo escribir una novela en donde parece que la mente está perdida cuando la mente no está perdida y sabe muy bien lo que se hace.
 
En el mismo suplemento de la revista XL Semanal que he mencionado anteriormente, Pérez-Reverte me da la razón y continua diciendo de Montero Glez que “lo oyes, y te tomas una caña con él, y concluyes que está muy para allá –equivocándote, pues en realidad el jambo está muchísimo más para acá de lo que parece–, narra las cosas, con esa forma de escribir que podríamos situar, sin pasarnos ningún pueblo, entre el Cela magistral y lamentablemente único, o casi, del Pascual Duarte y el Valle-Inclán del Ruedo Ibérico, aliñado todo con miles de horas de lectura humilde, sabia y bien aprovechada”.
 
En una entrevista, en este caso realizada por Nuria Azancot para El Cultural.es, la periodista le pregunta a Montero Glez (trayendo a la memoria la rivalidad bien entendida que Pérez-Reverte confiesa hacia él): “La envidia que Pérez-Reverte siente por su estilo es correspondida?—A lo que el otro responde— “Pon que sí en letras bien grandes. Pon que envidio su cuenta corriente, su velero y esa rara mezcla de intelectual y hombre de acción que a todas pone cachondas”.
 
Así es Montero Glez . Esa misma frase podría definir su estilo literario.
 
Gemma Nieto

Frases de esta opinión pueden utilizarse libremente en otros medios para promoción del libro, siempre que no se varíe y se mencionen al autor de la misma y al medio anikaentrelibros.com

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