Horror. Rebelión en la huerta

Opinión:

No os voy a engañar, en la editorial pone que la edad recomendada de lectura es a partir de 9 años, y Madlena Szeliga es autora de libros infantiles, pero creo que tiene cierta pasión por el terror, o sea que me veo identificada en ella pero yo había puesto la edad de lectura para más mayores. Es evidente que me equivoco pero he tenido que pensarlo. A lo largo de la reseña entenderéis por qué. En cualquier caso ¡menudo humor negro tiene la Szeliga!

Aquí los humanos somos vistos desde la perspectiva de los habitantes de la huerta (verduras, frutas, etc.) y por tanto somos asesinos. Cada capítulo magníficamente ilustrado va dedicado a una forma de torturarlos y asesinarlos. Por tanto… voy  a ponerlo en "para todas las edades" y que cada uno decida. En la web editorial seguro que encontráis páginas para leer algunas partes del texto y eso os ayudará. A lo mejor los niños se parten de risa y nosotros, cuando veamos un tomate o un pepino, tengamos remordimiento de conciencia, y puede que justo en ese momento sea cuando más nos riamos. Eso o acabamos alimentándonos de oxígeno.

Emilia Dziubak es la ilustradora y os diría que es perfecta. Al menos su trabajo en "Horror. Rebelión en la huerta" lo es. Tanto, tanto, que cada dibujo es, para mí, una pequeña obra de arte terroríficamente impactante en cuanto la unes con el texto. A veces incluso sin necesidad del texto como acompañamiento. La imagen del plátano cortado a trozos es terrible por sí sola.

Las ilustraciones, insisto, de matrícula de honor, hacen un tándem con el texto tan perfecto que lo he disfrutado como quien paladea su postre favorito.

Humor negro, comedia de humor, tragicomedia. Seguramente cuando los críos lean estos relatos se maravillarán ante lo ingeniosa que ha sido la autora. Además, personalmente valoro mucho que no se repitiera ni siquiera en la descripción de los asesinatos que vemos en la cocina sobre las tablas de cortar. Este me ha parecido uno de los fuertes del texto. Szeliga tiene una gran capacidad para contarte el asesinato de un tomate, un girasol, un plátano o  una cebolla sin repetirse; como mucho, en algún corte de cuchillo.

Mientras ellos (me estoy refiriendo ahora a los jóvenes o niños) ven relatos intrigantes de misterio con su puntito de terror y puedan hasta reírse (estoy segura de que así pasaría a menos que fueran demasiado impresionables y acabaran con pesadillas), yo, que llevo tantos años cortando, pelando y triturando, me he espeluznado por momentos. Se me han puesto los pelos de punta y sí, me he reído, pero con esa risa nerviosa con la que mirarías a la autora y le dirías "pero qué cabrita eres". ¡Me he sentido una asesina cruel! Esos pobres guisantitos que vivían con sus hermanos en la vaina, por favor… me he sentido la bruja mala del cuento… y la trituradora, ay, qué horror.

Debo decir que si sois vegetarianos -o sea que la carne ni la probáis- y os tomáis en serio este libro acabaréis alimentándoos de aire. ¡Ay!

"Horror. Rebelión en la huerta" es un libro de GRAN tamaño, 25x30, está encuadernado en tapa dura y consistente, muy fuerte, y su interior estético es una maravilla.

De verdad que es una belleza de libro, un bellezón, un diez rotundo, pero también es criminal y terrorífico. Para siempre entre mis favoritos.

Anika Lillo

Foto homenaje: