formas de volver a casa

Opinión:

Una novela que elige un muy buen punto de partida, en mi opinión: contar la historia, la totalidad de una historia, exige no sólo tener en cuenta la literatura o versión de los adultos, de los padres, sino también la de los seres instalados en la periferia inocente de esa realidad, es decir,  la novela de los hijos, de los que eran niños entonces. Zambra es consciente de ello y establece dos planos temporales en su narración para reconstruir el obligatoriamente deslavazado flujo de su memoria. Así, junto al relato de la niñez, en la que se recuerda el terremoto de 1985 y los días de sospechas y hostilidad hacia cualquiera que pudiera ser considerado contrario a Pinochet, el narrador ofrece intercalada su perspectiva de adulto que quiere escribir una novela acerca de sí mismo.

Convertido en profesor de literatura y recién separado de su esposa, este personaje indaga en las posibilidades narrativas de su propia vida y recupera la misteriosa figura de una niña del vecindario, Claudia, para darle vigor a su narración y remodelar aquellos episodios que quiere incluir en la trama. Zambra nos permite de este modo ver las costuras de su novela, las cicatrices inventadas de cualquier hecho verídico que un autor retoma desde un prisma literario.

Creo que es justo ese alejamiento del niño que fue la causa de que el relato pierda vigor o interés en ocasiones, también unidad. La intromisión del hombre que mira alternativamente su pasado y el presente desde el que escribe nos aparta de un tiempo y un mundo mucho más emocionante y peligroso, el del Chile sometido por un militar golpista que el chiquillo protagonista percibe sólo a retazos, por cuyas calles deambula intuyendo tan sólo los abismos y hostilidades subyacentes que existen entre sus padres y vecinos.

En mi opinión, los mejores fragmentos de la novela pertenecen a ese conjunto de recuerdos infantiles, a medio camino entre el juego y el aprendizaje vital y echo en falta un mayor aporte de esas memorias, aunque ello hubiese supuesto desconocer algunos de los datos de la situación personal del narrador adulto. Una tiene la sensación de que Formas de volver a casa contiene aciertos en su planteamiento, pero errores o decisiones no del todo adecuadas en su ejecución, que dan lugar a una novela con indudables puntos de interés pero irregular, en conjunto. 

Patricia Esteban Erlés