flores de sombra

Opinión:

Sofía Rhei  (autora del poemario "Química") desarrolla una gran imaginación en esta obra. Quede claro que ella no es una autora al uso, es tremendamente creativa, algo que ya puede observarse con solo visitar su página web, por lo que Flores de sombra no puede ser una novela juvenil más, tenía que ser algo… diferente.
 
La historia que nos cuenta nos enseña a creer y a crecer, envuelta en una metáfora, con una delicadeza y una elegancia a la que no estamos acostumbrados. Toda la obra puede leerse en varios niveles y por eso considero que es apta tanto para adolescentes de 12 años como para adultos.
 
La autora ha escrito una pequeña introducción a su novela, una historia contada a doble página para anticipar al lector lo que se va a encontrar si continúa leyendo. Es muy hermosa y está contada con musicalidad, muy bien encadenada, dando la sensación de que las palabras y las ideas son algo que fluye de forma natural. Y ese “fluir natural” será el leif motiv de toda su novela.
 
Uno de los puntos débiles de la obra son las escenas. A veces el lector no puede ver el entorno que rodea a los personajes por falta de descripciones y esto le induce a confusión. En otras ocasiones, la autora misma es la que no ve sus escenas, como cuando indica que la protagonista, en una casa llena de pequeños cachivaches pisó a tres peluches, ¡de tamaño natural!
 
Una de las cosas que más “chirria” es la mezcla de tiempos verbales en la narración, porque desconciertan, y mucho. El texto está contado en pasado, como corresponde a la mayoría de las novelas que leemos; sin embargo, Sofía, en ocasiones, creo que por descuido, ha incluido algún párrafo en presente en medio de la narración que rompe el ritmo.
 
Por otra parte, la autora tampoco domina bien el tiempo, no me refiero a la temporalidad narrativa, si no a lo que son capaces de hacer los personajes en un tiempo dado. Por ejemplo, en una tarde tres mujeres no son capaces de limpiar una mansión (doy fe); sin embargo, tres de sus personajes lo hacen, sin que medie ningún tipo de magia de por medio. Otro ejemplo lo encontramos cuando describe una hermosa puesta de sol. Pues bien, el sol se pone y la protagonista se encuentra en un jardín que no conoce. Está a oscuras, y con esa luz es capaz de encontrar una manguera que no sabía dónde estaba (y a oscuras es difícil de localizar) para regar las plantas.
 
Otros pequeños errores habrían podido pulirse con una corrección más atenta, como es el caso del teléfono antiguo de rueda que tiene la mansión en donde vive la protagonista con la madre y que, de pronto, ¡no tiene mensajes ni llamadas perdidas! ¿A quién se le ocurre mirar las llamadas perdidas en un antiguo teléfono de rueda?
 
Igualmente, persisten algunos problemas en la trama, de conocimientos que la autora debería de haber adelantado para el lector, de cosas que algunos personajes saben y no deberían de saber, o de no aclarar suficientemente algunos puntos.
 
Sin embargo, hay calidez en su narración y una cercanía difícil de lograr. Y engancha de una manera natural, de tal forma que se entra en ella con facilidad, sin necesidad de acudir a montones de sangre, asesinatos rituales; solo con pequeños misterios y diminutos secretos Sofía Rhei ha conseguido contarnos una historia fantástica, muy al estilo de las buenas novelas de antaño.
 
Y, además, sabe encadenar una imágenes preciosas que harán detenerse al lector: “el dolor se hizo tan lánguido que Hazel pensó que se iba a disolver por dentro”, “si quieres que no te olvide haz algo que merezca la pena recordar”; al describir un ocaso: “Parecía que los árboles tuvieran sangre en vez de savia, y las hojas temblaban como los peces anaranjados de un estanque”. 
 
Flores de sombra es el ejemplo de que se puede escribir para jóvenes, con sencillez, pero con una elevada calidad.
 
Gemma Nieto