eterna ruta 66. en el corazón de américa

Opinión:

Mito de la rebeldía en los 50´s, icono hippie de la libertad en los 60´s, metáfora romántica de los beatniks, citada una y mil veces en canciones, películas y novelas, la ruta 66 permanece hoy día como un reducto de la historia de Estados Unidos que ha sobrevivido a la globalización, al mercantilismo y a las grandes multinacionales. Desprovista hoy de su finalidad principal como arteria interestatal, la Mother Road es hoy un camino de nostálgicos y moteros, de rockeros clásicos y de literatos mitómanos. Este libro es un homenaje a un tiempo y una carretera que se resiste a desaparecer. Mientras queden señales y trazados de antaño, ahí estarán los soñadores para recorrerla, buscando tal vez lo que se perdió en el camino.

Editado en lujoso cartoné, “Eterna ruta 66” es un libro que tiene valor como objeto, debido a su presentación y a sus numerosas fotografías, varias a doble página. Eso no quiere decir que su contenido no tenga valor, ya que de una manera sencilla y amena, resume la historia de Estados Unidos a través del recorrido de la famosa ruta.

El libro comienza con una introducción en la que se detalla el origen de la carretera, cuando el empresario Cyrus Avery, natural de Oklahoma, ideó en 1923 la primera ruta transversal de Este a Oeste para romper el aislamiento de varios estados como Illinois. La carretera, terminada en hormigón rosa en 1938, fue el principal trayecto de los emigrantes (“okies”, en la novela “Las uvas de la ira” por su procedencia, Oklahoma) hacia el Oeste durante los años de la Gran Depresión.

Tras destacar de manera general algunos atractivos y curiosidades de la ruta, el libro dedica un capítulo a cada uno de los estados que la atraviesan, desde Illinois con su arquitectura de rascacielos hasta el final de trayecto en las lujosas playas de Santa Mónica, pasando por el cinturón de la Biblia, el singular Nuevo México o la icónica Arizona y su Gran Cañón. Todo un recorrido iniciático por la América de interior, el singular Midwest, una América muy distinta a la cosmopolita de las costas, una América a ratos humilde y orgullosa de sí misma, muchas veces ignorante de lo que pasa allende sus fronteras. Pero también una América nativa, superviviente de la violencia y la segregación del pasado. Recorrer la ruta supone descubrir lugares sorprendentes y a veces extraños, volver al salvaje Oeste o a los tiempos de la Guerra de Secesión; lugares donde el tiempo se para y sólo sigue adelante la ruta 66.

A pesar de que la ruta fue retirada de la "Red de Carreteras de Estados Unidos" en 1985 para ser reemplazada por la "Red de Autopistas Interestatales”, en los últimos años cada vez son más las asociaciones que se crean en defensa de la histórica ruta. De hecho, figura en la lista del 2008 del Fondo Mundial de Monumentos (organismo privado fundado en 1965 para restaurar patrimonios en más de 90 países) como uno de los 100 monumentos en peligro.

Y es que cada vez son más los que se rinden al encanto de esta carretera. Quizás cuando leas este libro, te unas a ellos. 
  
Jorge Borondo