España: la revolución pendiente (1808-2016)

Opinión:

José María Carrascal es de sobra conocido no sólo por sus llamativas corbatas, sino por sus artículos o programas de televisión. Como autor son varios los libros que ha escrito, siendo el último éste publicado por Espasa: "España: la revolución pendiente (1808-2016), en el que hace un análisis de un hecho que, en el fondo, es cierto: la no conclusión de una revolución en España. A diferencia de otros países como Francia o Rusia, en España las revoluciones nunca han acabado de cuajar.

La idea del libro es buena. Yo, como historiadora, estoy de acuerdo con él con esta idea de revolución pendiente pero, también como historiadora, hay algo en el libro que no ha acabado de gustarme y que creo que nunca debe hacerse a la hora de escribir sobre Historia; la falta de objetividad. Es verdad que José María Carrascal no es historiador, sino periodista pero, aun así, la objetividad debe permanecer más que nada para darle un valor al libro.

"España: la revolución pendiente" muestra al lector, siempre desde el punto de vista del autor, todas las revoluciones o intentos que se dieron en España desde finales del siglo XVIII hasta la actualidad, con el famoso 15M como santo y seña. La parte que más me ha gustado, y que es la más objetiva, es toda la correspondiente al siglo XIX, es a partir del XX cuando la objetividad empieza a decaer y deja entrever la ideología del autor.

"España: la revolución pendiente (1808-2016)" puede ser considerado tanto como un libro de Historia -a pesar de la crítica- como de política, economía, sociología y educación, ya que son las parcelas en las que expone sus ideas. Carrascal considera "revolución", o intento, todos los cambios que se dan en España tanto a nivel puramente político como social o educativo.

No tiene una lectura complicada, el lenguaje que utiliza es directo y sencillo. El texto, además, se completa con una serie de tablas y cuadros que destacan los datos más importantes. Estas tablas han sido otro de los puntos que quiero destacar y como positivos del libro; al extraerlas de fuentes, su objetividad está garantizada.

A José María Carrascal lo conocía como periodista, nunca hasta hoy había leído un libro suyo. Siento decir que no ha acabado de gustarme, ni de convencerme, el tema que trata es para ser analizado de una forma más objetiva y rigurosa. De todas formas, no está de más su lectura para que cada uno extraiga sus propias conclusiones.

Ysabel M.