Enero

Opinión:

''Enero'' destaca principalmente por dos cosas: por la persona narrativa empleada (segunda persona del singular) y el tiempo verbal (presente de indicativo), con escasas variaciones a los subjuntivos. Sin duda, una novela que se plantea en estos términos no puede ser acusada de cobarde, pero acarrea graves graves consecuencias: es necesario tener un excelente pulso narrativo para conseguir atrapar al lector desde la primera página a la última, algo que, tras mucho pensarlo, tengo dudas que la autora de ''Enero'' haya conseguido.

La historia cuenta las sensaciones que Ernesto experimenta tras la pérdida de su mujer Almudena. Lo más difícil no es la muerte de alguien querido, sino el día a día sin esa persona, sin todos esos momentos que una vez fueron compartidos y que ahora se sufren en soledad. Todo el texto está impregnado por una fuerte carga lírica que adorna cada una de las frases, buscando el sentido más íntimo en los detalles más ínfimos.

En cierto momento, como podría pasarnos a cualquiera, Ernesto cree encontrar ciertas señales que indican que su mujer realmente no ha muerto, que todavía sigue viva en alguna parte, que tal vez se haya escapado con otro hombre a otro lugar. A pesar de una supuesta infidelidad, Ernesto se propone descubrir la verdad.

Decir más sobre la trama equivaldría a revelar un final que se resuelve en la última página de una manera un tanto torpe y muy manida en la literatura. Dar la vuelta a la trama y hacerla girar 180º para que mire cara a cara al lector es algo que han hecho con mejor fortuna Agatha Christie en "El asesinato de Roger Ackroyd", sin ir más lejos, pero que en "Enero" se queda como algo impostado, no resuelto. 

No quisiera parecer injusto con la obra: la autora tiene talento y sabe lo que hace, pero se ha arriesgado mucho con "Enero" y la propia novela ha acabado superándola. Estaremos pendientes de sus siguientes trabajos en un futuro. 

Antonio Sanz Egea