En tierra extraña, en tierra propia

Opinión:

Viajar es tan apasionante como leer y, de hecho, leyendo se viaja. En estas páginas encontramos parajes tan dispares como la Praga de Kafka, la maravillosa capital checa, o el Marruecos de los españoles pasando por Beirut. Y cuando uno ha visitado alguna de esas ciudades, logra recordar esas sensaciones que tuvo, lo que experimentó... Sin embargo, podemos encontrarnos que nada sabemos de los lugares que Lorenzo Silva nos detalla y es en ese caso cuando nuestra mente más trabaja: empezamos a imaginar cómo son esas ciudades donde tanto ha disfrutado el autor, nos da por buscar fotos (o mirar las láminas que vienen en el libro) y querer viajar inmediatamente. Todo eso gracias a la narración en primera persona, directa, que nos hace el escritor; sus vivencias.

El libro viene a ser un cuaderno de viaje personal que el autor comparte con nosotros. Cierra el volumen un epílogo donde reflexiona sobre la literatura de viajes y sobre el viaje en general, porque hay muchas formas de viajar y muchas formas de leer viajes, pero quizá la mejor sea la que ofrece Kavafis en su poema "Ítaca": "... mas no hagas con prisas tu camino / mejor será que dure muchos años / y que llegues, ya viejo, a la pequeña isla, / rico de cuanto habrás ganado en el camino...".

¿Quién dice que leer no es sinónimo de imaginar o de viajar?

Manel