El último viaje de Tisbea

Opinión:

"El último viaje de Tisbea" de Rafael Avedaño y Juan Gallardo es una novela de las que llegan al corazón. ¡Y de qué manera!

Es la propia Tisbea quien nos cuenta su historia. A través de sus ojos vemos el mundo como ella lo percibe y también sentimos su alegría y su frustración cuando no entiende lo que los demás quieren decirle.

Nos cuenta sus problemas del día a día: cómo tiene que regular el tono de su voz para no molestar, cómo siente necesidad de seguir sus rutinas y límites para nos sentirse mal y cómo a veces, cuando no puede seguirlos, su cerebro no lo asimila y reacciona gritando o llorando.

Su vida no es fácil: nació autista.

Cuando acepta seguir el tratamiento experimental para ayudar a David y encontrarle una razón para vivir, Tisbea se da cuenta de que el mundo que la rodea no es como ella creía. Descubre en los rostros de la gente que más quiere hartazgo, impaciencia, desconfianza y su mundo se rompe en mil pedazos.

Con figuras retóricas y números, los autores consiguen plasmar en tinta y papel lo que siente una mujer que tiene problemas para entender las emociones.

La novela no es un drama sobre lo difícil que es convivir con el autismo sino un canto a la superación. Y lo es por partida triple: la lucha de Tisbea por llevar una vida medianamente normal en un mundo de números, la de David por ayudar a Tisbea a resolver un problema matemático que la atormenta desde hace años y la de Tisbea, por olvidar su dolor después del tratamiento y ayudar a David a encontrar una razón para vivir.

Cuando las cosas se tuercen de tal manera que no ves la luz al final del túnel sólo hay dos opciones: aferrarte a algo para seguir luchando o dejar de hacerlo. ¿Merece la pena luchar? Tisbea responde la pregunta varias veces a lo largo del libro.

Con una prosa muy bella, llena de referencias matemáticas y literarias los autores nos piden que veamos más allá de las limitaciones de una persona; que por unos minutos nos pongamos en su piel y pensemos qué sentirán antes de decir algo de lo que podamos arrepentirnos.

En una sociedad en la que la empatía muchas veces brilla por su ausencia "El viaje de Tisbea" enciende una luz en la más absoluta obscuridad. 

Una novela de las que tocan el alma y te hacen ver el mundo de otra manera. Es bonito pensar que en algún lugar del mundo hay alguien que nos ayudará a levantarnos cuando ya no podamos seguir caminando.

Ana G. Aranda