El ojo del cielo

Opinión:

A su condición de buen guionista y director de cine, Manuel Gutiérrez Aragón no ha dejado de sumar títulos de narrativa, que llegan a las librerías con regularidad. Para esta novela el escritor ha elegido como protagonistas a cuatro mujeres: la madre, Margarita, y sus tres hijas: Valen, la mayor, despabilada y activa; Bel, joven que aún estudia bachillerato y que vive el despertar de la sexualidad; y finalmente Clara, una chica con discapacidad que constituirá el eslabón débil de esta cadena.

Como una especie de atalaya desde la que contemplar cuanto ocurre a estas mujeres, Manuel Gutiérrez Aragón ha recorrido a una imagen poderosa: la de la esfera de un radar de la OTAN que vigila permanentemente el cielo bajo el que viven. Se trata de una familia en crisis, a raíz de que el padre, un afamado heladero, les haya abandonado. La cabaña de verano en la que ahora viven todo el año será el escenario especial en el que cada uno de los personajes vivirá estas circunstancias adversas de la mejor manera que pueda.

En la novela hay una fuerza motora fundamental: la sexualidad. Ellas y sus relaciones componen un entramado difícil, que será el aliciente continuo de la novela y su mecanismo fundamental de progresión y cambio.

Se trata de una novela bien escrita en su candidez argumental, sencilla y de lectura amena. En el personaje de Abderramán, marroquí que añade no poca de la sensualidad que yo antes decía que insuflaba energía a la historia, el autor ha sabido leer bien el mapa de los sentimientos contemporáneo.

Hermosa en ocasiones, desconcertante en otras, poco desarrollada en algunos puntos, la novela de Gutiérrez Aragón puede dejar a algún lector con ganas de más y la sensación de que el escritor no ha ampliado horizontes de interés que en algún pasaje parecían abrirse.

Rafael Ruiz Pleguezuelos