Anika entre libros

el muchacho persa

Ficha realizada por: Pilar Alonso Márquez
el muchacho persa

Título: el muchacho persa
Título Original: (the persian boy, 1972)
Autor: Mary Renault
Editorial: Edhasa


Copyright: © 1972, Mary Renault
© Edhasa, 2011
Traducción de María Antonia Menini, cedida por Random House Mondadori S.A.
1ª Edición, Marzo 2011 ISBN: 9788435062152
Etiquetas: ciclo grecia griegos histórica mundo griego sagas series trilogías

Argumento:


Bagoas es un eunuco al servicio del rey persa Darío III. A la muerte de éste, será entregado como presente a Alejandro Magno, el bárbaro conquistador macedonio.
 
Bagoas se convertirá en el amante de Alejandro, junto a él vivirá la campaña de Persia y permanecerá a su lado hasta su muerte.

Opinión:


El muchacho persa  es sin duda el volumen más conocido de esta trilogía dedicada a Alejandro Magno, que también podría leerse de forma independiente. Con respecto a la obra anterior, Mary Renault cambia totalmente de estilo y nos ofrece una narración en primera persona.
 
El protagonista es Bagoas, un joven persa cuya familia cae en desgracia, es castrado y vendido como esclavo, y termina convertido en el amante del Gran Rey Darío III. Tras la invasión de Persia por parte de Alejandro Magno, viajará junto al monarca por gran parte del territorio para enfrentarse al macedonio. Pero Darío III no era Ciro, ni siquiera se parecía al primer rey que llevó su nombre, y su actitud cobarde le llevó a huir de los griegos en más de una ocasión. La más renombrada de ellas fue la batalla de Gaugamela, donde los persas perdieron pese a su superioridad numérica tras la huida de Darío III.
 
Tras la muerte de Darío, asesinado por los suyos, es cuando el joven Bagoas es entregado a Alejandro como presente. Algunos autores clásicos lo mencionan en sus obras sobre el macedonio, entre ellos Quinto Rufo Curcio, Plutarco, Ateneo, el arquitecto Aristóbolo o el propio Tolomeo, estos dos últimos contemporáneos suyos. Sobre ese personaje real Mary Renault realiza un ejercicio de imaginación para narrar la vida del personaje desde su infancia hasta la muerte de Alejandro en forma de memorias, escritas cuando es un anciano afincado en Egipto.                     
 
Bagoas forma parte de una corte exquisita y rica en tradiciones, sirve a un rey (Darío III) que es una figura lejana e intocable, ante la que todos deben postrarse. Los ejércitos se mueven arrastrando a la corte al completo, con sus mujeres e hijos, acarrean lujosas tiendas, vajillas de oro, bañeras, joyas, vestidos y libros, y cada noche, al acampar, todo es como si nunca hubiesen abandonado el palacio, con toda su fastuosidad y su boato. Frente a ellos el ejército griego, los bárbaros y salvajes. Ágiles y veloces se mueven a gran velocidad, y cuando Bagoas conozca a Alejandro le asombrará descubrir a un rey que se comporta con sus oficiales como un amigo, que comparte mesa y conversación con ellos, que pasea desnudo sin pudor y al que cualquiera puede aproximarse y tocar. Ese choque de culturas resulta enriquecedor para el lector y para los personajes. Alejandro no tardará en descubrir su admiración por el mundo persa y en adoptar algunas de sus costumbres, entre ellas parte de su atavío.
 
Bagoas descubrirá también que Alejandro no es tan bárbaro como le habían dado a entender, y la primera prueba es el trato que da a la familia de Darío III. Su mujer y su madre, tomadas como rehenes, serán tratadas con cortesía, hasta el punto de que Sisigambis, la madre del rey persa, llegará a considerar a Alejandro como a un hijo propio. Su afán por comprender a los persas y la admiración que profesa a la figura de Ciro II el Grande, amén del respeto por el cadáver de Darío y la venganza por su asesinato, lograrán granjearle la admiración de Bagoas.
 
Dicha admiración no tardará en transformarse en pasión, y es que el retrato que Mary Renault nos ofrece de la figura de Alejandro no es para menos. Inteligente, arrojado, atractivo, justo y honorable, reúne todas las cualidades atribuidas a los dioses. Pero los sentimientos de Bagoas, aunque correspondidos, se encuentran siempre bajo la sombra de los que el macedonio profesa a Hefestión, amigo de la infancia y gran amor de su vida. Los celos gobernarán gran parte de la vida del eunuco, y se lamentará en muchas ocasiones – tal vez demasiadas – de no ser el primero en el corazón de su señor. Esa obsesión resulta un tanto enfermiza y la autora contribuye a ello haciendo que gran parte de la trama gire en torno a los sentimientos de Bagoas y a sus pensamientos más íntimos, todos relacionados con Alejandro. 
 
Mary Renault, como ya hizo en Fuego del paraíso, centra toda su atención en la parte más humana del héroe, especialmente en sus relaciones amorosas. No olvida otros aspectos de su vida, como la relación con sus amigos o con los soldados, e incluso con Bucéfalo, su famoso caballo. Tampoco obvia sus campañas y su largo viaje hasta la India y el regreso, pero todo desde el punto de vista de Bagoas, que cuenta muchas cosas de oídas y nos remite a otros autores contemporáneos para conocer más detalles sobre la faceta bélica de Alejandro.
 
La homosexualidad de Mary Renault es en este caso un factor a tener en cuenta a la hora de juzgar su obra, ya que es el enfoque elegido para los dos libros que llevamos de la trilogía. Las relaciones sentimentales de Alejandro Magno son el eje sobre el que parece girar todo lo demás, como si fuese una llamada de atención hacia los lectores acerca del hecho de que ser homosexual no lo hace a uno menos capaz – hay que tener en cuenta que estas novelas se escribieron en los años setenta –, y para ello nada mejor que la figura de Alejandro Magno, el héroe por excelencia, el conquistador, el mito. Es comprensible que la autora profesara gran devoción a este personaje y gracias a ello el lector puede disfrutar de novelas como ésta, una recreación de la vida de Alejandro y de su época muy sugerente.
 
Es loable el proceso de documentación llevado a cabo para este trabajo, presente hasta en los detalles cotidianos. A pesar de que la autora se entretiene con descripciones sobre paisajes o entornos, también es cierto que incluye información sobre las campañas de Alejandro, que evidencian su genialidad estratégica, y sobre cuestiones políticas. Ligado a ellas aparece una figura que me gustaría destacar, la del sátrapa Artabaces, un general de noventa y cinco años bajo el mando de Darío III, que no se une a la facción que acabó con la vida del soberano y que terminó colaborando con Alejandro. De él dice la autora que murió pasados los cien años por montar un caballo demasiado brioso. Junto a él desfilan otros personajes históricos, como Filotas, amigo de Alejandro y luego traidor; Kalístenes, sobrino de Aristóteles y luego enemigo del rey macedonio; o Roxana, su primera esposa. Pero también ciudades emblemáticas: Babilonia, Susa, Persépolis, Ecbatana…
 
Al destacar en su novela la parte más humana de Alejandro, Mary Renault nos esboza su carácter, sus ansias de conquista, su afán por llegar a los confines del mundo conocido y la necesidad de amar y que lo amaran. Ni en los peores momentos, cuando sus tropas ya están cansadas de una campaña tan larga y prácticamente le exigen licenciarse, pierde el afecto de sus hombres, que no pueden sufrir la decepción que le han causado. Esa capacidad de liderazgo y esa admiración, respeto y cariño que le profesan quienes le siguen, está presente a lo largo de toda la novela y llegan a despertar los mismos sentimientos en el lector.
 
Aunque el ritmo es fluido y la lectura amena, hay algunos pasajes un tanto farragosos y otros cuya redacción plantea algunas dudas, no sé si debidas a la traducción o al propio estilo de la autora. Debido a ello algunos momentos dramáticos de gran carga emocional parecen desaprovechados, al igual que algunos diálogos, que, escritos de otra manera, podrían haber aportado mucho más. No hay párrafos sublimes, de esos que aúnan belleza plástica y profundidad y que consiguen enamorarnos como lectores, ni siquiera en el momento de la muerte de Alejandro. Aunque la prosa está cuidada, le falta alma, por mucho que la autora insista en la parte sentimental y emotiva de los personajes. Hay muchos pequeños momentos, eso sí, que casi consiguen emocionarnos y elevarnos, aunque sea efímeramente.
 
La fama de esta obra, no obstante, es bien merecida. Se trata de una novela que se centra en la personalidad de Alejandro Magno, en sus cambios de humor, en su capacidad de entrega y en el amor y el respeto que despierta entre quienes le conocen, como le sucede al mismo Bagoas. Su toque femenino y sensible le proporciona un tono intimista que le ha granjeado multitud de admiradores desde que fuera publicado en 1974. En conjunto la obra es notable, interesante y didáctica. En cuanto al diseño, la presentación está cuidada, aunque no le habría venido mal cambiar el mapa de Grecia de la cubierta por uno de Persia, más acorde con el escenario en el que transcurre la historia. 
 
Pilar Alonso Márquez

Frases de esta opinión pueden utilizarse libremente en otros medios para promoción del libro, siempre que no se varíe y se mencionen al autor de la misma y al medio anikaentrelibros.com

¿Te ha gustado? Compártelo:

Comentario de los lectores:

Publicidad
Anika entre libros
Actividad subvencionada por el Ministerio de Cultura
Ministerio de cultura

Esta web utiliza cookies para obtener datos estadísticos de la navegación de sus usuarios. Si continúas navegando consideramos que aceptas su uso. Más información X Cerrar