el librero de la atlantida

Opinión:

Esta es una de esas novelas que nos hacen pensar y reflexionar sobre un tema que está de rabiosa actualidad; el cambio climático. Sobre este tema se ha escrito mucho y se ha utilizado como argumento en la literatura y en el cine (recordemos la más conocida, “El día de mañana”). Es un buen recurso que, en su momento sorprendió y gustó por novedoso e interesante y en esta obra, Manuel Pimentel lo explota bastante bien, ya que consigue enlazar dicho fenómeno con la desaparición de la Atlántida de manera bastante ingeniosa.

Paralela a la historia del hallazgo de unas ruinas, la búsqueda de una reliquia de los antiguos atlantes y, como no, la intervención de una hermandad secreta, Pimentel nos cuenta la supuesta historia de los últimos días de los antiguos habitantes de la ciudad perdida. Cómo un desastre natural acaba con la ciudad y en consecuencia, con toda una civilización. Y es aquí donde la historia, para mi gusto, pierde un poco de fuelle. El autor intenta meter con calzador una serie de paralelismos entre los protagonistas de las dos historias, que en muchas ocasiones no encajan, ni aun tratándose de una novela.

Partiendo de la creencia de que la Atlántida se encontraba en el sudeste peninsular, en la desembocadura de un gran río, el autor intenta establecer coincidencias entre las costumbres de hoy y las pistas dejadas por Platón en el Timeo y el Critias. Aquí el autor se regala con los paralelismos que, cuando menos, siempre resultan curiosos.

Escribir una historia ambientada en un lugar imaginario lo han hecho muchos, pero ambientarla en un lugar que puede que no lo fuese tanto, eso ya es otro cantar.

Puede que la Atlántida no estuviese en Andalucía, puede que no se sepa nunca dónde estuvo, o puede incluso que nunca existiera. Lo que sí es cierto es que con esta obra, Manuel Pimentel la hace un poco más nuestra.