El desafío de Miho

Opinión:

Nada más leer la contraportada del libro ya me asaltó la curiosidad: "la manera en que gastas una pequeña cantidad de dinero dice mucho de tu personalidad y da forma a tu vida". Un dicho de una abuela a su nieta pequeña, a quién se le olvidó y recuerda de forma súbita cuando ya está convertida en una joven que trabaja y vive por su cuenta. Yo había leído en alguna revista o en internet eso de que la forma en la que duermes, la forma de cruzar las manos, o incluso la forma de las uñas, dicen cosas de tu personalidad; o esos test con imágenes sobre qué es lo primero que ves que están muy viralizados. Pero sobre la forma de gastar una pequeña cantidad de dinero no lo había oído nunca, y allí me adentré en la lectura a ver qué descubría de mi personalidad.

¿Qué haríamos cada uno de nosotros con 20€? ¿Salir a comer/cenar con amigos/familia con la finalidad de pasárnoslo bien? ¿Nos compraríamos algo para disfrutarlo nosotros mismos (un libro, un esmalte de uñas, una camiseta, un bolso)? Cuando lo hacemos, ¿es porque realmente lo necesitamos o porque lo hemos visto en algún sitio, ya sea escaparate, Instagram, etc. y nos sentimos mejor si lo compramos, aunque cada una de nosotras tengamos 10 esmaltes de uñas en el cuarto de baño y encima la mayoría de ellos del mismo color? ¿Somos conscientes de cómo gastamos el dinero, especialmente cuando son cantidades pequeñas?

Miho, una joven de hoy en día que trabaja en una empresa de informática, independiente en la medida en que sus ingresos se lo permiten, descubre un día su cruda realidad: que no tiene suficiente dinero para una de las cosas que más le gustaría, adoptar una mascota porque las asociaciones piden como requisito tener suficientes recursos económicos que permitan darle los cuidados que se merece. Alrededor de ella se nos presenta una curiosa mezcla de historias de cuatro mujeres de una misma familia (madre-hijas, hermanas, abuela-nieta, amigas, etc.), en etapas diferentes de la vida, en la vejez, en la madurez y en la juventud, en su día a día, en la forma de ordenar sus cuentas y también sus sueños, ilusiones, motivaciones, que, en algún caso, incluso las llevará a romper con su hasta ahora vida rutinaria y quizá empezar de nuevo. 

Estas historias están enmarcadas en la sociedad japonesa del S.XXI donde: independizarse en un apartamento de 20 metros cuadrados es lo más…, por no hablar de una cultura empresarial en la que se despide a personas tras sufrir una enfermedad porque la empresa no puede permitirse tener a gente con baja productividad y "chupando del bote"; o ya el no va más de "si los rumores giran en torno a una mujer que no aspira a nada dentro de la empresa, no hacen daño ni perjudican a nadie". Una cultura especialmente difícil para la mujer en cuanto a su incorporación en la vida laboral, cuya imagen no está tradicionalmente bien vista; y si anuncian que se casan, es sinónimo de dejar de trabajar para quedarse "cuidando del hogar". Sin duda, una idiosincrasia que no he podido evitar que me choquen. 

El eje del relato será la importancia del dinero con dos finalidades, la de para nuestro bienestar más básico y para ver cumplido algún sueño. Así, se convierte en un manual, como muchos otros libros de gurús que han proliferado en los últimos tiempos, con tips de cómo ahorrar dinero: revisar los gastos fijos (alquileres, facturas de móviles, seguros, hábitos de compra, etc.); llevar un libro de cuentas donde apuntar cuánto dinero se ingresa y cuánto se gasta y, lo fundamental, en qué (método Kakebo); ahorrar una mínima cantidad de dinero todas las semanas puesto que granito a granito se hace una montaña; eliminar gastos superfluos (un café, un botellín de agua que compramos a media mañana, unos snacks) y guardar esas monedas en un bote; aprovechar descuentos o rebajas; promociones de tarjetas de puntos; el método de los sobres; cómo aprovechar la despensa especialmente la última semana del mes, etc.

También se incluyen tips en caso de tener dinero porque estamos en desempleo, y como encontrar uno nuevo: la oportunidad que nos pueden ofrecer los trabajos temporales (muy defenestrados en nuestra sociedad y razones económicas no nos faltan) porque nos permiten aprender rápidamente y con ello tener una gran capacidad de adaptación y encaje en cualquier trabajo además de conocer a mucha gente; la oportunidad de reflexionar en nuestro interior y descubrir aquello que se nos da bien y buscar la forma de monetizarlo; buscar en oficinas de empleo, buscar asesoramiento, hablar con el entorno y pedir que nos recomienden; cómo es más importante la actitud que la aptitud, etc. Esto se muestra dentro de la historia de una persona mayor de 73 años quizá para quitarle "dramatismo" ante esa potencial situación.

Estamos ante un tratado de economía doméstica solo que de forma novelada a través de una sociedad claramente matriarcal en cuanto a la gestión se refiere. Hay para todos: solteros, casados, divorciados, jóvenes, personas en la madurez, en la vejez, etc. De cómo encontrar la forma de utilizar el dinero para disfrutar de la vida. Pero, "avancemos poco a poco; no hay que precipitarse; no intente cambiarlo todo de golpe". Veremos cómo una cosa lleva a otra, y esa a otra, como si de una cadena se tratase porque "aquello en lo que te enfocas, se expande".

Belén Flores