El águila y la lambda

Opinión:

El agitado S. III a. C. es el escenario que ha elegido Pedro Santamaría para narrar de una manera exquisita el duelo a muerte de las dos potencias hegemónicas existentes en el mar Mediterráneo: Roma y Cartago. Constantes agresiones que desembocarán en la I Guerra Púnica.

Nos encontramos ante un trabajo que nos sorprenderá por su madurez y equilibro, que nos dejará un regusto muy agradable al descubrir una historia en la que no le falta ni sobra ningún matiz que deje coja la trama a lo largo de sus páginas.

Uno de los puntos a favor de "El águila y la lambda" es su rapidez y agilidad. Santamaría sabe darle la importancia y el valor justo a cada situación intentando no aburrir al lector con información que resulte pesada y de valor nulo para el conjunto de la publicación. Así se reflejará en las narraciones que el autor hará sobre las batallas que se irán sucediendo a lo largo de la publicación, donde sabrá captar la esencia de cada momento en la contienda, cada pensamiento o cada sentimiento para ofrecer al lector la descripción justa sin dejarle a medias pero tampoco apabullándolo con demasiados detalles que terminen por agobiar, cosa que pasa en muchas otras publicaciones y que termina por ser algo muy negativo en la valoración global de cualquier ejemplar. 

En este caso Pedro Santamaría ha sabido tener en cuenta las demandas que muchos lectores hacen sobre este aspecto y ha optado por un modelo de narración más versátil y rápido que hace las batallas más atractivas, sin dejar de ser completas y abundantes en información, y favorecen que el ritmo no decaiga en ningún momento.

No nos podemos olvidar de que a esta agilidad y rapidez tenemos que sumarle una buena dosis de amor, amistad, lealtad, fidelidad y acción, que hacen que la obra sea más interesante, más versátil. En definitiva, más rica a los ojos del lector.

En cuanto a los personajes, el escritor también cuidará mucho este aspecto, centrando el papel principal en el dúo formado por Jantipo (mercenario espartano al mando del ejército cartaginés) y Marco Atilio Régulo (cónsul romano). El autor no se decidirá por ninguno de los dos a la hora de darles el papel de protagonista y antagonista, se limitará a ofrecer la mejor cara de ambos, según sus ideales y la forma en la que han sido educados -tan extremas la una de la otra que parecen tocarse-, dejando en manos del lector la decisión de posicionarse del lado de uno u otro.

Para arropar a esta excelente dupla, el autor contará con un abanico de personajes secundarios a la altura de las circunstancias. Figuras perfectamente definidas que serán espejo y termómetro de una sociedad y un ambiente caliente y  convulso.

Por último, es necesario destacar la gran labor realizada por Santamaría a la hora de ofrecernos las descripciones de cada localización donde se desarrolla la trama. Si a lo largo de toda la obra hemos advertido el ingente trabajo de recopilación documental con el que se ha nutrido el autor para dar forma a su libro, cuando nos describe los diversos lugares y ambientes que van apareciendo página tras página, esa profesionalidad que ha demostrado de manera continuada desemboca en unas narraciones pulcras, muy detalladas y fieles a la realidad de la época. Siempre es algo de agradecer que un trabajo no intente salirse demasiado de la línea de la veracidad histórica y "El águila y la lambda" lo consigue.

Si con "Okela", su primer trabajo, Pedro Santamaría nos sorprendió; con este segundo libro, el autor nos deslumbrará.

Así que no me queda más que recomendar encarecidamente esta obra a todos los amantes del buen gusto literario; es un trabajo cuidado al extremo, ágil y muy atractivo, que dejará al lector con un gran sabor de boca y con ganas de más. ¿Quizás una segunda parte? 

Pablo Díaz González