Distorsión

Opinión:

A lo largo de los trece relatos encontramos dos tipos de estructura narrativa. En unos relatos tenemos un personaje que se nos presenta y que luego, inesperadamente, se encuentra con un problema y debe tratar de resolverlo. En otros, el personaje se encuentra en medio o prácticamente al final del problema y tenemos algún flashback o método similar que aclara el problema. Lo que en todos coincide es ese elemento terrorífico y psicológico que rodea a los personajes, siempre sujetos a deformaciones de la realidad. Estas pueden venir a través de zombies, alienígenas, espíritus, robots,...

Los relatos recuerdan mucho a Stephen King y sus relatos. Si bien el escritor norteamericano es conocido por sus extensas y voluminosas novelas, también es un prolífico escritor de relatos. En muchos de ellos encontramos elementos normales y corrientes que de repente se convierten en la peor pesadilla del personaje. A lo mejor una simple tostadora cobra vida, y se narra de forma que parece cotidiana, como si jamás se abandonase la realidad. Juan Clemente Muñina utiliza una técnica bastante parecida. Su terror se podría definir como una "realidad distorsionada": un espejo que muestra algo que no es, una máquina que pone la fecha exacta de tu muerte...  Todos ellos ficticios pero que se nos antojan cercanos. Sin embargo, en los relatos de Stephen King se presta más atención al ambiente, opresivo, espeluznante, más que a la historia en sí.

Hay otro elemento importante en estos trece relatos, y se trata del significado. A lo largo de la historia de la narrativa de terror, los críticos literarios raramente la han considerado literaria, siempre desdeñándola y menospreciándola. No obstante, al igual que ocurre con las historias de ciencia ficción, muchas obras de terror traen un mensaje bajo su brazo, normalmente sobre la realidad que nos rodea. Tras los relatos yace un mensaje, a veces catastrófico, sobre la vida para hacernos reflexionar sobre lo que poseemos, el cual a veces nos resulta poco valioso o incluso invisible. Plantean también problemas cotidianos o universales.

Si bien los relatos empiezan con un buen sabor de boca, al final uno acaba teniendo la sensación de leer lo mismo. Escribir de por sí resulta difícil y arduo, mas escribir relatos requiere mayor esfuerzo. En primer lugar, son más comprimidos, lo que implica hallar un tema concreto, desarrollarlo muy poco y plantear una introducción-nudo-desenlace en pocas páginas. En segundo lugar, se deben cerrar por lo general, y a veces los escritores tienen la tendencia de querer alargarlo más de lo exprimible. Por último lugar, deben atraer a las primeras líneas. En el caso de "Distorsión", tras unos cuantos relatos, las sorpresas no acaban siendo tan sorpresas. En los primeros sí, pero una vez que se "les coge el truco", se convierten en algo predecibles. Empero, a su favor hay que decir que estos relatos se leen rápidamente y con gusto. Te evaden de la realidad agobiante y mundana y te transportan hacia situaciones que quizá nos imaginamos pero que están ahí, a la vuelta de la esquina. Estas lecturas sobre todo las recomiendo para el tren o el autobús, para esos veinte minutos que nos da el día para distraernos y pasarlo bien.

Cristià Serrano