Diario de un viejo cabezota (Reus, 2066)

Opinión:

Pablo Martín Sánchez pone fin a la trilogía sin nombre que inició con "El anarquista que se llamaba como yo" (2012). Esta trilogía representa una visión egoísta y personal del propio autor donde cada libro tiene relación con él: el ya mencionado primer libro se centra en la vida de un revolucionario anarquista con el mismo nombre que él; la segunda novela, "Tuyo es el mañana" (2016), se sitúa en 1977, el año en que él nació; la última novela y la que estamos reseñando, "Diario de un viajo cabezota (Reus, 2066)", se ubica en la ciudad natal del autor: Reus. 

Se trata de una novela epistolar y distópica donde el ser humano ha sufrido grandes sacudidas, tanto sanitarias como políticas - una Guerra Civil Catalana o una III Guerra Mundial. Comprende un período de 99 días, desde la celebración de San Juan hasta la fecha límite para abandonar el país. Tras el Gran Apagón, un virus ha azotado la Península Ibérica, lo que fuerza a sus ciudadanos a movilizarse hacia otro país europeo. Sin embargo, algunas personas, entre ellas el narrador-autor, se niegan a hacerlo: su libertad yace en la rebeldía y en la desobediencia. Vive en un centro psiquiátrico (Pere Mata), intentando escribir algo cada día, y a través de su diario el lector conoce las pocas aventuras de él y otros, casi todos en la senectud, aparte de un amor aún vivo en su corazón pero que físicamente ya se desvaneció. 

La acción se sitúa en 2066, pero la percepción es de 2020. Pese a que coexisten términos futurísticos, como el alephone o la ropa de termopreno, la novela fracasa completamente en ambientar al lector en el futuro, si bien el autor no lo pretendía, puesto que uno de los grandes letimotivs es la añoranza de décadas ya vencidas o de amores ya perdidos (como su mujer o uno de sus hijos, muerto en la guerra). Aun así, no hubiese venido de más concienciarse de que en el 2066 el mundo será mil veces diferente al actual, en especial teniendo en cuenta cómo la vida ha cambiado en cuestión de diez años (o en cuestión de medio año, como ha evidenciado el coronavirus). Además, existe un río de momentos históricos completamente ficticios que se detallan y se ubican de una forma caótica, con lo que el lector puede perderse o liarse y definitivamente despegarse y desinteresarse por la novela, acuciado, en especial manera, por una obra carente prácticamente de trama, de acción y de suspense. 

Lo más interesante de la novela es descubrir, a través de entrevistas realizadas al escritor, que en 2018 el autor se confinó durante 99 días (los mismos que en la novela) en una residencia de escritores en Suiza con el fin de visualizar su yo futurístico y poder plasmar con mayor veracidad la novela. Sin duda alguna, es un aviso serio de lo que puede suceder en un futuro (sobre todo en periodo de Covid). No obstante, una vez más, el autor falla en poder transmitir una sensación de confinamiento en un momento crítico y casi apocalíptico. La novela se queda en una situación de confinamiento "normal y corriente", donde carece de poder emocional, de agobio, asfixia o espada de Damocles. 

Como aportación muy interesante, el libro arroja muchos datos literarios, tales como escritores de la talla de Plinio el Viejo o Gabriel Ferrater. Además, incluye dibujos en blanco y negro para mostrar el mapa del centro psiquiátrico o una estrella de David, con fines didácticos y lúdicos. 

Pablo Martín Sánchez es escritor, traductor y profesor de literatura. Compagina asignaturas como Teoría de la Literatura y la Literatura Comparada o talleres de escritura en el Ateneu barcelonés. 

Cristià Serrano