desde el corazón

Opinión:

Este volumen recopilatorio cuenta con un prólogo titulado Libertad sin ira escrito por Rosa Villacastín, que conoció personalmente a la autora y que hará entender al lector algunos puntos clave para que la autora escribiera sobre determinados temas .
 
Los lectores más maduros conocerán sobradamente a Corín Tellado; fue una de las escritoras de más renombre en las primeras décadas de la democracia española. Muy prolífica, cuenta en su haber con más de cinco mil obras, pero no consiguió, sin embargo, cumplir una ilusión. Según Rosa Villacastín, y según la propia autora, “a Corín Tellado le quedó por hacer realidad un sueño: publicar una novela grande”.
 
Quizá la falta de cumplimiento de su sueño se deba a que Corín prefirió elegir la cantidad en lugar de la calidad. Un autor que escribe a tal ritmo que deja más de cinco mil novelas, no dispone del tiempo suficiente para detenerse y escribir una obra que quede en el imaginario popular. A cambio, entró en el Libro Guinness de los récords como la autora más vendida en lengua castellana.
 
Volver a publicar una compilación de cuatro novelas de Corín Tellado es un verdadero reto para una editorial. Si bien es cierto que contará con la aquiescencia de aquellas lectoras (digo bien, lectoras, en femenino) que pasen de los cincuenta, o sesenta, no encontrará eco entre las más jóvenes.
 
La obra de Corín está cargada de tópicos y tipicidades que se superaron por la sociedad española hace algunos años y que resultarán ajenas a la juventud actual: la mujer teniendo que elegir entre el papel de madre y el de profesional, mantenida por un hombre, con dificultad de acceso a estudios superiores, el rechazo social a la maternidad sin haber pasado por el altar… cuestiones que hoy quedan un poco lejos y que dificultarán que una nueva hornada de lectoras jóvenes se acerquen a ella. Los temas que eligió son dignos, muy dignos, pero quedaron anclados un par de décadas atrás.
 
Además, los lectores de hoy están más curtidos que los de antes, y piden más artificio en las tramas, más complejidad y sorpresas bien resueltas. Corín Tellado escribe novelas sencillas con mujeres que se debaten entre su amor por un hombre o ascender socialmente con sus propios medios y en donde se confiere demasiada importancia a una carrera profesional, a la independencia y al dinero. Las cuatro obras que componen Desde el corazón son un calco unas de las otras sin apenas originalidad. Contienen los mismos ingredientes, en el mismo orden y con el mismo desenlace. Baste decir que en tres de ellas la protagonista se deja la piel para ser médico y, en la cuarta, la que se encarga de la medicina es la mejor amiga de la protagonista; los perfiles masculinos son estereotipados y el desenlace predecible.
 
Hay una cierta inocencia en la narración que nos conduce a sentirla como algo ajeno, escrita para otro público de otras circunstancias diferentes a las nuestras. Hablamos, además, de una prosa muy moralizante, con unos personajes que disponen de una psicología sencilla. Se trata de obras a las que les falta pasión, sentimientos, emociones. No contados, no narrados, sino vividos, sentidos por los personajes y por los lectores. A lo que hay que sumar un estilo descuidado con diálogos poco naturales y personajes poco creíbles.
 
Sin embargo, y a pesar de todo, las lectoras adultas se engancharán porque se trata de pequeñas telenovelas, “pequeñas” en extensión, lacrimosas, en las que encontrarán nexos comunes con la sociedad en la que crecieron y con las vidas que tuvieron que vivir.
 
Sin duda, esta recopilación hará las delicias de todas aquellas mujeres que vivieron los mismos tiempos que la autora y que tuvieron que sufrir los mismos desplantes de una sociedad machista que anulaba a la mujer como profesional y que la relegaba a un papel de madre y mantenida. Sin duda, si echásemos la vista atrás, comprenderíamos las dificultades que tuvieron que superar nuestras madres para hacerse un hueco profesional sin dejar de cuidar a sus hijos, un esfuerzo mucho mayor que el que se hace hoy porque entonces se contaba con el rechazo social.
 
Gemma Nieto