Anika entre libros

de la cólera

Ficha realizada por: Txema

Título: de la cólera
Título Original: (lucio aneo séneca)
Autor: Séneca
Editorial: Alianza


Copyright: Edición 2000 ISBN: 84-206-3610-X
Etiquetas:

Argumento:

Séneca se ocupa en este pequeño ensayo de un tema importante: la cólera, la ira y las consecuencias catastróficas que acarrea para quienes la sufren e, incluso, para quienes nos la hacen padecer.

Opinión:

Coincido totalmente con Séneca; las personas iracundas son nefastas. Posiblemente con esta afirmación bastaría para comentar esta magnífica obra del citado autor que, desde luego, sufrió en su propia carne las consecuencias de la cólera. Pero esta parquedad, con casi total certeza, no sería del agrado de nuestra querida Anika que cabalmente desea algo más de enjundia en los análisis de los libros. Vamos pues a ello aún a riesgo de estropearlo todo.

Me da la impresión de que el gran Séneca se adelanta en varios siglos a la discusión, que por supuesto se ha prolongado en el tiempo, de los partidarios de Juan Jacobo Rousseau, que sostenían que el hombre es bueno por naturaleza y los que se oponían a este aserto.

Hay en el ensayo senequiano bastantes referencias precisamente a la serenidad como contraposición a la cólera que, considera una pasión y por lo tanto dañina, como para pensar que es, o se trata, de una casualidad tal insistencia. Para Séneca la ira está directamente relacionada con la tiranía, con la sinrazón, con la violencia y también con la injusticia, porque, según él, la cólera lo que pretende es hacer pasar por justo lo que ella produce. Ciertamente la historia ha dado suficientes ejemplos de que esto es cierto. En definitiva es mala.

No hay que olvidarse de que Séneca perteneció a la escuela filosófica estoica y que, ésta, es precisamente, la peor enemiga que puede encontrar la barbarie de la ira. Por eso Séneca argumenta, a veces machaconamente, sobre la necesidad de no alterarse ante los hechos que nos pueden parecer más horripilantes para no perder el sentido de la justicia. Y algunos de los que propone son verdaderamente extremos.

Pongamos por caso, y es muy reciente el asunto, la reacción que el gobierno de Israel ha tenido frente a las acciones terroristas de Hizbulá. ¿Qué ha conseguido? Pues la verdad es que absolutamente nada e, incluso, ha logrado que sus amigos estén bastante escandalizados (otra cosa es que hagan algo). Esta sería, creo yo, una de las demostraciones palpables de lo que supone reaccionar con ira, incluso frente a una situación límite. La reacción es manifiestamente equivocada.

Es decir, si seguimos el argumento senequiano, el gobierno de Israel tendría que haber actuado con la debida prudencia y con total respeto al Derecho Internacional, algo que evidentemente no ha hecho, pese a que se encuentra en una situación de gravedad extrema.

Y sigo con Séneca. Según su argumento, finalmente las consecuencias de la ira  perjudican también al iracundo porque casi siempre acaba siendo víctima de su propia actitud. También la historia nos ha proporcionado innumerables testimonios de lo acertado que estuvo Séneca al escribir esto.

Y por seguir con el mismo ejemplo, es obvio que si el gobierno de Tel Aviv hubiera actuado con prudencia, los terroristas de Hizbulá y sus partidarios y defensores se habrían quedado sin un sólo argumento para defenestrar al Estado judío. Pero a los gobernantes de Israel su reacción iracunda les ha perjudicado más que todos los mísiles de Hizbulá. Veremos qué consecuencias tiene, al final, todo esto.

Está claro que esta es una cuestión de política internacional pero, la cólera, también se da en el ámbito privado; en la vida de cada uno de nosotros que tenemos que soportar con "estoicismo" a algún energúmeno iracundo. Las consecuencias son igualmente fatales aunque afecten a menos personas.

Hay un aspecto que me ha llamado la atención poderosamente: la relación que hace Séneca entre la imposibilidad de que justicia y cólera puedan convivir. Es un aspecto muy interesante porque también se adelanta, y en muchos siglos, a los penalistas que sostienen que los castigos no deben ser una venganza de la sociedad sino un sistema de redención del penado.

Séneca no lo expresa así exactamente pero creo que no es descabellado deducir que está en el espíritu de lo que dice. Sostiene que el castigo en modo alguno debe ser hacer sufrir al castigado o refocilarse con su sufrimiento; no debe morir por haber delinquido sino para evitar, mediante la advertencia, que otros delincan. Es decir, Séneca propone que la sociedad evite el crimen sin tener que recurrir a la venganza que supone la muerte.

Es posible que algunos argumenten que este planteamiento es el mismo que hacen los defensores a ultranza de la pena de muerte, ya que, según ellos su sola existencia desanima a posibles delincuentes. Pues no, no es lo mismo. Séneca propone la muerte siempre en último caso y como advertencia para evitar el delito y no como amenaza para el delincuente que sabrá lo que le espera en caso de ser condenado. La diferencia me parece que es abismal.

Frases de esta opinión pueden utilizarse libremente en otros medios para promoción del libro, siempre que no se varíe y se mencionen al autor de la misma y al medio anikaentrelibros.com

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