Cuarenta estaciones

Opinión:

"Cuarenta estaciones" es la primera novela del asturiano J. Luis Pastrana que ha publicado la editorial Círculo Rojo. Tal como dice en el prólogo, la historia que nos narra está basada en hechos reales. Es más, a lo largo de toda la lectura he tenido la duda de que si este ingeniero protagonista era el mismo autor, y creo que es así.

No es una novela convencional. Si el lector espera encontrar en ella una historia de amor, un asesinato, un hecho histórico o aventuras, no va a hacerlo. "Cuarenta estaciones" es una crónica laboral, la del protagonista. A lo largo de la misma, le acompañamos desde sus inicios laborales en una fábrica de cerámica en Asturias, su paso por una de vidrio en Valencia y, de nuevo, regreso a Asturias en donde ahora trabajará en una fábrica relacionada con el metal. Quizá, es esta tercera parte la que tiene un poquito más de acción debido al accidente que sufre y todo el proceso que ha de seguir con respecto al papeleo. El resto de la novela mantiene el mismo nivel. Y aquí es donde radica su originalidad. Es, al mismo tiempo, una historia con la que aprendes pues está llena de términos relacionados con la ingeniería y el mundo industrial. Por lo que también se le puede catalogar como novela industrial.

La acción transcurre en la década de los 80-90 del siglo XX, por lo que tiene este ápice de crónica del momento. Una crónica que nos muestra un poco el tejido industrial que había.

J. Luis Pastrana ha escrito una novela que rompe moldes. Está bien escrita. Aunque toda la acción se centre en el aspecto laboral, el personaje principal es atractivo. Te intriga saber cómo va a acabar su trayecto o cómo va a resolver los problemas que encuentra en alguna de las fábricas en las que trabaja. Al mismo tiempo, en ningún momento puedes evitar pensar en el autor. Toda la novela está narrada en primera persona, hay una mayor cercanía con el lector. El personaje principal, el narrador, es decidido, su visión del trabajo muchas veces choca con sus compañeros, a él le gusta resolver las cosas bien, no deprisa y mal.  Me gusta este carácter que tiene.

Como primera novela no es un mal debut. Escribir sobre cosas que conoces es un buen entrenamiento para pasar luego a una ficción pura. Os la recomiendo.

Ysabel M.