Crónicas impertinentes desde mi confín

Opinión:

El 2020 trajo consigo una situación nueva para la gran mayoría del planeta: el confinamiento. Como era de esperar, el COVID ha dado paso a una extensa literatura. Son muchos los libros que están saliendo al mercado, y saldrán, con el coronavirus como protagonista.

Nana de Juan es periodista y ha trabajado como directora de comunicación para Llongueras. Es la autora de esta crónica del coronavirus y del confinamiento: "Crónicas impertinentes desde mi confín". El libro ha sido publicado por la editorial Samarcanda y cuenta con las ilustraciones, excelentes, de Lola García Paz.

El confinamiento marcó a toda la sociedad, ya que supuso, para muchos, un cambio radical en sus vidas. Romper con una rutina. Sacando su vena periodística, Nana de Juan empezó a escribir esta crónica. Por un lado, le ayudaba a tener una rutina, por otro, también era una forma de desahogarse, de motivarse, de hacer algo. Una crónica en la que mezcla el día a día con una serie de recuerdos. Su trabajo como periodista y como directora de comunicación para varias empresas, le ha permitido conocer a mucha gente y a muchos famosos también. Sin quererlo, estos últimos forman parte de sus crónicas al compartir con los lectores anécdotas vividas con ellos. Unas menciones en las que he percibido bastante añoranza, un echar de menos cómo era la vida antes del confinamiento. Como lectora, me han gustado estos recuerdos. Nana de Juan los comparte sin prejuicios. Es muy natural.

Aunque el humor es constante, "Crónicas impertinentes desde mi confín" no se queda en ello, en la mera pincelada humorística. Apoyándose en él y en la ironía, Nana de Juan hace una crítica bastante dura a la gestión de la pandemia ejercida por el Gobierno. Lamenta, como es normal, todas las muertes, el elevado número de ancianos fallecidos, el miedo a lo que pueda pasar, si va a haber un final pronto...

"Crónicas impertinentes desde mi confín" es una lectura en la que cualquier lector se verá reflejado. Me ha parecido excelente. Es muy amena de leer, pero, también, te da que pensar. Al mismo tiempo es un documento de primera mano al mostrar los sentimientos y el día a día de su autora sin ningún tipo de autocensura.

Por todo ello, lo recomiendo muchísimo. No es un libro más sobre el coronavirus, en él hay un valor documental importante.

Ysabel M.