Cómo ser Bill Murray

Opinión:

Bill Murray es un tipo especial. Tiene un talento increíble para la comedia y es absolutamente imprevisible. En la industria del cine es sabido que es prácticamente imposible localizarlo para proponerle un proyecto pero, no obstante, puedes estar esperando en cualquier esquina a que el semáforo se ponga en verde mientras picas una patatas, para que a tu lado aparezca Bill para robarte unas pocas y decirte, con su media sonrisa: "Nadie te va a creer".

Con tales antecedentes, Gavin Edwards parece haber pensado que una biografía al uso no estaría a la altura de Murray y, lo que encontramos en "Cómo ser Bill Murray" es más bien una guía para aprender a ser como Bill: espontáneos, imprevisibles y, sobre todo, "disfrutones".

Es cierto que Edwards comienza ofreciéndonos un retrato biográfico del actor, pero éste solo ocupa las primeras páginas. El groso del libro lo componen, por un lado, un compendio de anécdotas organizadas e hiladas a través de múltiples entrevistas a amigos, conocidos y al propio Bill y, por otro, un repaso de todas las películas en las que ha participado Murray. Además, de éstas no se ofrece la información más habitual de una base de datos cinematográfica (director, reparto, fecha…), sino que Edwards se centra en comentar cómo llegó Bill al proyecto, qué supuso en su carrera y recoge opiniones varias de involucrados en el proyecto. Por otro lado, las anécdotas han sido organizadas a partir de lo que Gavin Edwards denomina "El tao de Bill" o los diez principios que rigen la vida del actor y que, fundamentalmente, se resumen en que, para ser verdaderamente feliz, debemos dejar atrás los complejos, las reglas establecidas y, simplemente, ser libres.

Como resultado, "Cómo ser Bill Murray" es un libro que interesará muchísimo a los que ya somos fans del actor, pero que puede no resultar aquello que esperaba alguien que pretendiera encontrar una biografía más "canónica". Personalmente, he disfrutado mucho la lectura de "Cómo ser Bill Murray". Si bien es cierto que se nota que Edwards siente una profunda admiración por Murray (de ahí que aunque las mencione, no profundice en las sombras del personaje), el esfuerzo de recopilación que ha realizado el autor, así como las aportaciones de conocidos del actor y del propio Bill, constituye todo un hallazgo para sus admiradores.

Esta es una obra escrita desde el cariño y, teniendo al protagonista que tiene, es muy difícil no leerla con una sonrisa en la boca y afirmar con convencimiento: "ojalá Bill Murray se colara en mi fiesta".

Por último, me gustaría destacar la edición de Blackie Books, a mi parecer más impactante y bonita que la original, y aplaudir el detalle que han tenido de incluir un pequeño calendario… en el que todos los días son dos de febrero: ¡feliz año de la marmota a todos!

Ana Vanesa Cremades