Cómo piensan las piedras

Opinión:

¿Qué tendrán las piedras, tan quietas, tan silenciosas, para, sin hacer nada, poder inspirar tanto? Desde la maravillosa "La piedra de la paciencia", de Atiq Rahimi, pasando por el extraño y fascinante relato de Quim Monzó «La fuerza de voluntad», donde un hombre intenta conseguir lo imposible, es decir, que una piedra hable, las piedras están presentes como objeto, inspiración o símbolo de muchas cosas. Permanecen. Son una metáfora del tiempo, del desgaste lento de la vida, que a ellas las puede romper, y también a nosotros. Los humanos intentan huir del avance de las agujas del reloj. Las piedras no pueden. Siguen allí. Y como dice la protagonista de uno de los cuentos, son las más inteligentes, porque no hacen ruido y observan, lo observan todo.

"Cómo piensan las piedras" es un libro peculiar. Brenda Lozano tiene una forma de narrar que fluye, que sale sin buscar la frase enrevesada o excesivamente elaborada, sino de forma natural, como una fuente, circulando entre las piedras del título, que nos hablan de silencios, de lo que se queda inmóvil, de lo que se repite y piensa. También tiene algo perverso, pero sutil, como una sombra fugaz que se cuela entre las imágenes que regala. Las voces narrativas de cada cuento tienen algo auténtico, algo palpable y cercano, incluso cotidiano, pero a su vez transmiten algo extraño, que no incomoda, pero que sí hace que no sepas exactamente lo que estás leyendo, pues hay algo real y a la vez insólito en cada una de las historias.

Una curiosa recopilación de cuentos que sabe transitar por los temas cotidianos más sencillos, como la convivencia entre vecinos, las rupturas amorosas o ese día en el que uno descubre que, aunque lo ha intentado, es una copia extraña de su padre. Un pequeño muestrario de personajes con voz propia, con esa prosa que casi nos habla y que sabe dejar el punto final en un lugar estratégico, colgando del hilo, como si la ventana se cerrara, corrieran las cortinas y tú sólo pudieras mirar por una rendija, esperando ser capaz de rellenar los huecos.

Inés Macpherson