Anika entre libros

Chatterton

Ficha realizada por: Ana Vanesa Cremades
Chatterton

Título: Chatterton
Título Original: (Chatterton, 1835)
Autor: Alfred de Vigny
Editorial: Cátedra
Colección: Letras Universales


Copyright:

© Ediciones Cátedra (Grupo Anaya, S. A.), 2016

Traducción: Santiago R. Santerbás
Edición: 1ª Edición: Enero 2016
ISBN: 9788437634982
Tapa: Blanda, bolsillo
Etiquetas: basada en hechos reales romanticismo sociología poesía muerte Inglaterra literatura francesa poetas suicidios teatro tragedia biblia escritores suicidas pseudónimos crisis vital servicio doméstico matrimonio emociones destino amores prohibidos amores platónicos pecados puritanismo
Nº de páginas: 200

Argumento:

Thomas Chatterton fue un poeta inglés del siglo XVIII que se suicidó a los dieciocho años y se convirtió, con el paso del tiempo, en personaje fetiche para los escritores románticos franceses. "Chatterton" es la obra teatral que el autor romántico francés Alfred de Vigny escribió sobre sus últimos días.

Sin ser del todo fiel a la realidad, en ella encontramos al joven poeta inglés escondido en una posada a las afueras de Londres angustiado por las deudas y en plena crisis existencial. Necesita escribir para saldar su deuda pero la melancolía y el incipiente amor que siente por por Kitty Bell, la esposa del dueño de la posada, no juegan a su favor.

 

Opinión:

 

"Chatterton" es la obra cumbre del autor romántico francés Alfred de Vigny. En ella, de Vigny dramatiza la muerte de Thomas Chatterton, un poeta inglés que se suicidó con arsénico en agosto de 1770 incapaz de superar la mísera vida que llevaba en una posada de Londres. El joven, pues contaba solo con 18 años cuando murió, se convirtió con el tiempo en figura de culto para los autores románticos y su historia cruzó el Canal de la Mancha hasta triunfar también en el imaginario colectivo francés.

La edición de Cátedra recoge pues la interpretación que Alfred de Vigny elucubró del mito en el que se había convertido Chatterton. Por ello, en primer lugar, conviene comprender que nos encontramos ante una obra de teatro que recoge un hecho ficticio inspirado por un hecho real. Esto supone que, en aras de lograr una mayor fuerza dramática (mejor casi decir trágica, ya que en este subgénero teatral vadea la pieza) de Vigny se tome licencias como el lugar preciso donde Chatterton se quitó la vida, el método utilizado o la presencia de una dama en la ecuación que dará como resultado su inexcusable angustia. En consecuencia, para disfrutar de la tragedia que de Vigny nos ofrece, debemos obviar los hechos reales y dejarnos mecer por la potencia de uno de los exponentes más famosos del romanticismo francés.

"Chatterton" es una tragedia llena de sensibilidad, cargada de sentimientos tan profundos como desconcertantes, pasiones que no se desatan porque la virtud de sus protagonistas no lo permite… en resumen, una obra romántica con mayúsculas.

Tengo formación en filología y retomar este tipo de lecturas con un estudio preliminar tan completo y apasionante como el que ofrece Santiago R. Santerbás ha sido una gozada. No puedo fingir que el Romanticismo es uno de mis períodos literarios favoritos, del mismo modo que admito que mis conocimientos al respecto se centran en la literatura española y la inglesa. Por ello, quizás, he disfrutado todavía más de esta pieza teatral, no solo por su calidad formal y de contenido, sino también por la puerta que me ha abierto a una literatura que solo conocía de oídas y referencias cruzadas.

Nos explican en el estudio preliminar que de Vigny escribió esta obra en muy poco tiempo y con dos objetivos fundamentales: ofrecer a la que por entonces era su amante (la actriz Marie Dorval) un protagónico inolvidable y censurar la persecución e insolidaridad de su sociedad para con los verdaderos artistas; aquellos que lo son de corazón, sangre y espíritu y no pueden sino dedicar toda su existencia a su arte. Desde el punto de vista de Alfred de Vigny, estos seres puros, que deberían ser considerados útiles en su entorno porque son capaces de mostrar las carencias de su sociedad y ayudarla a mejorar, son tomados por vagos porque son incapaces de ejercer un oficio "normal" y esta injusticia crea una desesperación tal que, jóvenes puros y talentosos como Chatterton se ven obligados a suicidarse para dejar de sufrir. Este mensaje, no falto de cierta razón en un mundo que, como el actual, tiene en menos valor los trabajos artísticos que los manuales/mecánicos/o simplemente provechosos económicamente, recorre todas las páginas de la obra teatral y sustenta lo que tiene de trágica. Tal y como acostumbraron los románticos, la figura del autor como marginado, como ser atormentado por sus propias capacidades sensibles y en constante búsqueda de su lugar en el mundo es el eje principal de "Chatterton". Del mismo modo, como ocurriera en nuestros escenarios con "Don Álvaro y la fuerza del sino" o "Don Juan Tenorio", no me extraña que fuera un éxito rotundo entre sus espectadores. Porque la obra tiene una fuerza tremenda, apela directamente a nuestra sensibilidad y, a poco que sientas admiración por la creación literaria o simplemente empatices con aquellos que sufren sin ser culpables, sus palabras te calan hondo y se prestan a una, dos y hasta tres lecturas para absorber todos los matices que esconden.

Por último, no puedo dejar de recomendar esta tragedia por su intensidad, la humanidad de sus protagonistas y, básicamente, lo bien escrita que está, pero no querría acabar esta reseña sin mencionar la calidad de la edición que nos ofrece Cátedra. Ya he mencionado a su editor (Santiago R. Santerbás), que se ha ocupado tanto de la traducción y aparato crítico como del prólogo en el que nos presenta a de Vigny, su época y Thomas Chatterton. La introducción es amena, muy clara y despierta el interés sobre el tiempo y los autores que describe. Desde luego, no habría disfrutado igual de la pieza teatral sin este prólogo y, cuando el texto que vamos a leer tiene tantas implicaciones en la vida de su autor y está tan motivado por una época y lugar determinados creo que este tipo de estudios son necesarios y muy enriquecedores.

Personalmente, acabo esta lectura sabiendo más que antes de comenzarla y el mérito no es solo de la apasionante tragedia que creó Alfred de Vigny, sino también y, sobre todo, gracias al impecable trabajo de su editor.

Una obra recomendable para todos los enamorados de la literatura clásica o de las grandes tragedias.

Ana Vanesa Cremades

 

 

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