Casa de títeres

Opinión:

Xavier Borrell 

Una obra trazada por la venganza, la magia, el erotismo y el amor.

Los aficionados a la literatura fantástica están de enhorabuena, ha nacido un nueva escritora que les va a dar muchas historias de las que ustedes quieren oír. La narradora Barcelonesa Isabel del Río Sanz con "Casa de títeres" nos trae un relato largo o libro corto, con tintes filosóficos extremadamente interesantes. El ritmo narrativo de buena calidad, nos sumerge en el mundo de la prosa fantástica de modo extraordinario y sin los aburridos temas de otras obras del géneros, con perdón, como Blade Runer.

Descubrimos en Isabel una escritora capacitada para realizar narrativa en distintas vertientes, incluida la sexual puesto que este libro no defraudaría a los amantes de La Sonrisa Vertical o los de novelas románticas, ya que toca todas las vertientes en apenas 76 páginas.

Lástima que la autora no se haya explayado más extensamente, hubiera podido rozar la perfección y ya es mucho mérito haber conseguido publicar una novela tan corta, en contra de los dictados de las editoriales que mayoritariamente buscan libros largos para comercializar.

Afortunadamente Isi ya prepara nuevas historias para lanzar al mercado que sin duda harán las delicias de distintos tipos de lectores.

Xavier Borrell

Anika Lillo 

"Casa de títeres" puede verse como una novela corta o un relato largo, en cualquier caso se lee en menos de una hora porque de tan corta dura un suspiro. Y dura ese suspiro porque interesa. Un relato corto puede ser denso y pesado, y llevarte mucho tiempo engancharte a él, sin embargo "Casa de títeres" puede presumir de lo contrario. 

A Isabel del Río se le notan las ganas de la literatura, del terror y del erotismo casi a partes iguales. En este relato largo crea un ambiente ilusorio y pone una meta: la venganza, pero a medio camino entre la niñez y la juventud de Anna vemos mucho más (entre ello, el erotismo y el terror). De hecho utiliza aquello de cuanto más sabes, mejor. Anna se hace cada vez más culta y eso le da el criterio que le falta a la niña. El problema es deducir si ese criterio es bueno o está equivocado ya que ella busca venganza, y la venganza en manos de una persona que no ha sido criada de forma convencional, sino con las artes ocultas y la magia, puede acabar de forma muy sorprendente incluso para ella. Ese momento en el que se ve a si misma en la habitación es el clic que necesitará para recobrar la lucidez (lucidez perversa, no nos olvidemos de con quién tratamos).

La tía de Anna me ha recordado a Alexandra David-Néel, una mujer que vivió en el Tíbet y conoció el secreto de los tulpas, creando el suyo propio para convertirlo en su esclavo. Hablamos de un misterio y una historia real: los tulpas son proyecciones creadas por nosotros mismos que acaban teniendo una consistencia férrea, y se cuenta que Alexandra creó el suyo, y que éste se volvió malévolo. En su libro "Magic and Mysteri in Tibet" Alexandra narra los seis duros meses que duró el invertir aquel proceso, y conseguir que su creación se desvaneciera para librarse de él.

Así pues, mientras leía "Casa de títeres" me acordaba de esta sorprendente mujer y de su no menos sorprendente historia. Si leéis su biografía en ese enlace entenderéis por qué la novela corta de Isabel del Río es tan particular y dónde reside su principal interés. 

Anika Lillo