Antonio Gómez Rufo

Eroticalia

La desnudez total

 

LA DESNUDEZ TOTAL

 

La literatura se alimenta de la imaginación; los escritores, de lo imaginado. Para describir un asesinato no es preciso matar, ni para narrar los instantes finales de un moribundo es necesario morir. Pero, al contrario de esas escenas literarias, para transmitir las emociones de un orgasmo es imprescindible haberlo sentido. La literatura es, casi siempre, imaginación, pero el orgasmo es un paraíso que se tiene haber visitado.

En estos días de estío, cuando el calor invita a deshacerse de ropas y mostrar cuanto se ha ocultado durante tantos
Gomezrufo -foto6meses invernales, es común desprenderse de velos y cubiertas, de modo que las calles se abarrotan de piernas, brazos, vientres, escotes y miradas, todos visibles, todas desnudas, y a la imaginación de los escritores le queda muy poco por descubrir. Y aun así los ojos siguen cumpliendo su función escrutadora para desentrañar los misterios que quedan ocultos en los cuerpos humanos en cuanto se despierta el verano.

Y, por si quedara algo por desvestir, la moda ha impuesto retirar las cortinas del único secreto que la mujer guarda celosamente en nuestra civilización: ese cortinaje que impidió durante siglos que ella, incluso sin ropa, estuviera desnuda por completo, y que hoy es retirado o moldeado según el gusto de cada cual. Tienen denominación: ingle brasileña, pubis acorazonado, hormiguero, perilla, mosca… Un trabajo de orfebrería que sólo se muestra en el zenit de la ofrenda amorosa como se obsequia una flor tras las rejas del cortejo, como se rinde una puerta retirando la cancela y el visillo de la intimidad.

La imaginación de los escritores puede fabular con las formas del monte de Venus y sus frondas silvestres o mimadas por los jardineros de la depilación. Pero ahora es mejor suponer en él desiertos, porque tendrá muchas posibilidades de acertar.

Lo único que cabe preguntarse es si esa desnudez total es capricho femenino o generosidad de mujer para satisfacer caprichos masculinos. Yo creo que hay de todo, pero, como en todo lo demás, tampoco estoy muy seguro.  

Antonio Gómez Rufo (texto y foto)

 

 

 

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