40 recetas de caligrafía y lettering

Opinión:

De Iván Caíña ya reseñé en su momento "El arte de la caligrafía".

Como aquél, este es un libro muy personal, donde descubre a los amantes del lettering y la caligrafía técnicas y estilos propios y ajenos.

Caíña no empieza de golpe y porrazo (aparte de la introducción y de un precalientamiento) con un alfabeto, su inicio es con lápiz, papel y regla. Se trata de pautas, algo que él entiende muy importantes para la creación de los abecedarios. Sugiere cosas como utilizar el mismo papel de borrador o aprovechar papel vegetal. Es un libro con indicaciones y trucos, como por ejemplo el de buscar en internet algún abecedario que te guste para practicar cuantas veces necesites o quieras.

Me ha sorprendido que utiliza mucho el busca por internet, ya sean citas (quotes), como cuentas de instagran, aunque también invita a utilizar nuestra cámara de fotos -que en la mayoría será un móvil- para hacerse con diseños vistos en la calle.

Al parecer la idea del autor es que una vez hayas recopilado material, te dediques a aprender a hacer lo que te propongas o elijas.

En su caso adorna con colores, enmarca palabras, decora con dibujos, utiliza otros colores para que sobresalga la letra negra escrita haciendo que ésta resalte sobre un azul (elige el color que desees)…

Uniformidad, legibilidad y expresividad son importantes incluso cuando elijas unas letras, no obstante el ejercicio que propone es arriesgado; elegir una clara y recrearla con retoques personales que posiblemente la hagan más ilegible. Es entonces cuando quieres que te fijes en los detalles, en los rasgos de tu creación, para volver a escribirla con tu creatividad pero dándole claridad a la palabra. Algo que parece tan sencillo, para Caíña pueden convertirse -en nuestro caso- en horas de trabajo tirados a la basura, de ahí que haga tanto énfasis en sus comentarios. Por supuesto cada propuesta tiene los dibujos y las clarificaciones necesarias para entender la idea o proposición.

Mezcla de estilos, jerarquía de palabras, retoques, el uso de capas, el transfer, formas, y, algo curioso: experimentar con alimentos (kétchup, café, jabón…), escribir sobre material sorprendente (imagina un plátano en vez de un folio)…

Una cosa que me queda clara es que a pesar de todo Iván Caíña tiene ya un estilo muy marcado, y ese es por el que normalmente se rige por los que los tips están muy bien, la información técnica es necesaria, pero sigue siendo un libro muy personal donde ha decidido contar algunas cosas que, al parecer y según la publicidad, hasta ahora no había compartido.

Anika Lillo