La botella del señor Augusto

Opinión:

Es muy curioso. Como madre muchas veces espero que el cuento -que leerán luego mis hijos- sea del estilo "te enseño sin que te enteres" o del estilo "deja volar tu imaginación". Digamos que leyendo este cuento yo creía que tenía algo de crítica social a la sociedad de consumo en la que vivimos, y me he encontrado con un final de lo más surrealista y desconcertante.

Así pues, no puedo deciros que es una cosa ni la otra. Son ambas cosas. Aunque aquí no haya crítica respecto a la sociedad de consumo en la que vivimos, sí podemos aprovechar esa acumulación de bienes materiales que al final prácticamente no le valen (o sólo le es útil la primera que compró), para hablar con nuestros hijos del tema. Pero después no olvidemos que el final es un cuento donde prima la fantasía, que nada tiene que ver con el resto.

Lo cierto es que el cuento es gracioso, tiene ritmo, y utiliza muy bien el recurso de la repetición.

Al texto de Pello Añorga le acompañan las ilustraciones en color de Jokin Mitxelena, que utiliza la acuarela entre otros "ingredientes" para dar vida a la historia. 

Anika Lillo