La dieta de los 31 días

Opinión:

A modo de introducción el libro comienza relatando brevemente la historia de la autora, Ágata Roquette, una licenciada en Nutrición e Ingeniería Alimentaria que durante años luchó contra su propio peso (llegó a pesar 90 kilos) hasta que harta de dietas sin resultados duraderos decidió estudiar las dietas proteicas existentes, sobre todo las estadounidenses Atkins y South Beach, con el objetivo de crear la suya propia pero adaptándola a las costumbres gastronómicas mediterráneas introduciendo variaciones como el permitir el consumo de pan en el desayuno desde el inicio de la dieta o el de lácteos en cantidades controladas, entre otras.

La dieta se compone de las siguientes fases:

Fase 1. Con una duración de 15 días en esta fase no están permitidos (con excepción del pan del desayuno) los hidratos de carbono ni los alimentos con un elevado índice glucémico: pan, pasta, arroz, patatas, azúcar, dulces, judías, garbanzos, lentejas, fruta, sopa de verduras… Se pretende con esta fase la disminución rápida del volumen corporal y se estima una pérdida de 2-3 Kg en la mujer y de 4-5 en el hombre.

Fase 2. Durante los siguientes 15 días (sin embargo esta fase puede alargarse de no obtenerse los resultados deseados) sigue la prohibición de la ingesta de los alimentos no permitidos en la primera fase con excepción de la fruta y la sopa de verduras. La pérdida de peso se estima entre 1 y 2 kilos.

Fase 3. Es una fase alternativa para los que estén cansados de la fase 2 y se encuentren cerca de cumplir su objetivo. Permite una mayor ingesta de hidratos de carbono pero también la pérdida de peso será menor.

Fase 4. Llega el mantenimiento y ya no hay alimentos prohibidos, aunque nunca se debe olvidar la moderación en su consumo y la correcta combinación de los alimentos, por lo que habrá que compensar los excesos de un día comiendo correctamente al siguiente.

La autora advierte que esta dieta no está recomendada para mujeres embarazadas ni en periodo de lactancia, tampoco para personas diabéticas o que presenten problemas hepáticos o renales ni a menores de diecisiete años.

Cada uno de los 31 días de la dieta viene acompañado de un menú con sus correspondientes recetas para las comidas principales (comida del mediodía y cena) y con los alimentos a ingerir en el resto de las comidas del día (desayuno, media mañana y media tarde). Además, cada día de la dieta viene acompañado por un consejo de la nutricionista con el objetivo de facilitar su seguimiento y maximizar los resultados.

Un día de libertad total a la semana al que la autora denomina "El Día Loco" hace la dieta más llevadera y evita que se tire la toalla al permitir ingerir alimentos que calmen nuestra ansiedad (no se prive del pastel de chocolate que lleva deseando toda la semana). Ahora solo hace falta tener un poquito de voluntad y ponerla en práctica porque, tal y como esta nutricionista portuguesa dice al final del libro: "Si funcionó conmigo y también con otros cientos de personas, ¿por qué no habría de funcionar con usted?

Mar Gázquez