Anika entre libros

Goethe se muere

Ficha realizada por: Juan Salas Villanueva
Goethe se muere

Título: Goethe se muere
Título Original: (Goethe schtirbt, 2010)
Autor: Thomas Bernhard
Editorial: Alianza
Colección: Alianza Literaria


Copyright:

© Alianza Editorial 2012

© Suhrkamp Verlag Berlin, 2010

Traducción: Miguel Sáenz
Edición: 1ª Edición: Septiembre 2012
ISBN: 9788420608853
Tapa: Dura
Etiquetas: relatos literatura austriaca recopilatorio de autor Austria
Nº de páginas: 119

Argumento:

El volumen de relatos publicados por Alianza bajo el título de "Goethe se muere" contiene cuatro historias en las que nos encontramos los principales signos de identidad de la escritura de Thomas Bernhard, su particular microcosmos, sus temas, sus resistencias.

La ironía es una de las características de la primera historia cuyo título da nombre a este libro.  Es una comedia burlesca, satírica. Desde su lecho de muerte Goethe manifiesta que su último deseo es conocer al filósofo Wittgenstein, cuyo pensamiento ha considerado como el más próximo y parecido al suyo.  Goethe manda a su secretario Kräuter con una invitación. El 22 de Marzo de 1932 es el día elegido para reunirse  con él en su casa de Weimar. Mientras llega ese momento, Goethe pasa los días en su habitación a la espera de la tan deseada visita. Cuando Kräuter llega hasta el filósofo, sólo puede verlo de cuerpo presente, ya que ha muerto el día antes.  Ahora dudan si darle la fatídica noticia a Goethe. Otra de las paradojas: el día que habían fijado para conocerse es el día en el que Goethe muere.

El segundo de los relatos titulado Montaigne podría considerarse un homenaje del propio Bernhard al filósofo, ya que este fue uno de sus referentes. El protagonista y narrador, decide recluirse en la torre más apartada de la gran casa familiar con un volumen de Montaigne después de haber sido atormentado por los suyos. Siente con verdadera angustia que le están aniquilando, ideando entre todos una conjura contra su persona. A lo largo de la narración va repasando lo que él considera una vida llena de sufrimiento desde su más tierna infancia. Siempre refugiado en Montaigne para aplacar sus miedos, llegándolo a considerar como un sustituto de esos padres que nunca le quisieron. Mientras lleva a cabo todas estas reflexiones, sus familiares andan buscándolo temerosos de que le haya pasado algo.

En Reencuentro el narrador, del que no conocemos su nombre, se sirve de su encuentro casual en una estación de tren con un viejo amigo de la infancia al que no ve desde hace veinte años para recordar la traumática niñez que ambos sufrieron con sus respectivas familias. La única obsesión de los padres de ambos niños era encontrar una tranquilidad que nunca llegaron a alcanzar, culpando a los hijos por no poder conseguir tan anhelado deseo. Estos acaban llegando a la conclusión de que sus padres los engendraron para poder encarnar su culpa, para sentirse libres de la sospecha de la locura. Bernhard dibuja una perfecta caricatura de una situación grotesca, de una infancia llena de terror marcada por las prohibiciones y el sentimiento de culpa.

Con Ardía, el protagonista se encuentra escribiendo una carta para contar un sueño en el que Bernhard refleja su repulsa por Austria con la mayor de las intensidades. Un país a su parecer lleno de gentes viles e infames. 

 

Opinión:

 

Adentrarse en la lectura de cualquier obra de Thomas Bernhard equivale a sufrir una fuerte sacudida. Es complicado poder crear un mundo tan amenazador e hiriente como lo hace el escritor austriaco. Según él, no todo es tan inofensivo como parece y así nos lo demuestra en cada uno de sus escritos. Lo que es seguro es que nadie se queda indiferente después de leerlos. En cada relato que nos ofrece en este volumen asistimos tanto a momentos realmente trágicos como a situaciones cercanas a lo absurdo y lo cómico.

Cada una de las cuatro historias giran en torno al universo que el propio autor creó de manera magistral, reflejando una profunda soledad, llevando  su escritura hacia los límites mismos del lenguaje, acercándose a su particular realidad y poniéndose frente a ella cara a cara. Da la sensación de estar buscando permanentemente la verdad sobre algo, pero con la absoluta certeza de no poder encontrarla jamás, en permanente conflicto interno. Podrá gustar más o menos la escritura de Bernhard, pero lo que nadie puede llegar a discutir es la honestidad con la que escribe, sin esconder nada en ningún momento.

Bernhard nos grita con cada una de estas historias lo devastadora que puede resultar en una persona el impacto de su familia, convertida en la unidad básica del terror humano. Vidas en las que ideas como mentira y verdad se convierten en conceptos difíciles de distinguir.

Quizás él sólo llegase a encontrar la tranquilidad en el desasosiego de su escritura sabiéndose incapaz de aferrarse a nada, escribiendo sin tener realmente ningún motivo para hacerlo. Pero lo que tengo claro es que sin él todo sería un poco más espantoso. 

Juan Salas Villanueva

 

 

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