Marca de nacimiento 2. Preciada

Opinión:

Con estas premisas tenemos una novela que promete tenernos entretenidos unas horitas (la verdad, son casi 500 páginas que se leen muy rápido; es lo que tiene la literatura juvenil, y en este caso recomendada a partir de doce años con toda tranquilidad porque es bastante puritana).

La parte más interesante es la crítica social -de nuevo Caragh O'Brian aprovecha para situarnos en un ambiente criticable- donde gobierna una mujer y donde los hombres no son esclavos de nombre, pero prácticamente sí de facto porque se dedican única y exclusivamente a hacer lo que les piden ellas por ley. Ese es el lugar del que hablaba la abuela de Gaia (de hecho lo que vemos es que encuentra el sitio que buscaba al escapar del Enclave), lo que ésta no esperaba es que la situación de los hombres fuera tan desesperante: un beso equivaldría a una violación. Y podéis imaginaros que Gaia dará algún que otro beso y será descubierta. Emoción asegurada. Eso sí, como personaje fuerte que siempre nos ha presentado, veremos a una Gaia sacrificándose de una forma que no pensábamos (esa parte habrá que leerla, no os la voy a contar)

Otra de las partes interesantes es saber que su vida no puede limitarse a quedarse en un lugar donde están desapareciendo las mujeres en los nacimientos y donde muchos hombres no pueden dar hijos. Ahí la autora nos propone un misterio que, obviamente, Gaia resolverá. Ya sabemos que es valiente y una chica lista.

También será sobre todo divertido observar su comportamiento y el de los chicos: dos hermanos la desean, y Leon aparece en escena. Su relación con Leon empieza aquí tan mal que te preguntas si la autora tendrá pensado cambiarle el novio. Hay que leer para descubrir cómo se lo monta para que Gaia quede bien con todos.

Y en cuanto al esclavismo, también la tenemos a ella para revolucionarlo todo. En el fondo estamos leyendo la historia de una niña que fue quemada por su madre para que no se la robaran y llevaran al enclave, que creció aprendiendo el oficio de partera de su madre y que con dieciséis años pierde a sus padres y tiene que huir con su hermanita pequeña: o sea, una joven heroína. Es natural, pues, que se cree un personaje fuerte.

También es cierto que si bien en el primer volumen dejaban muchas cosas al azar (esas cosas que nos preguntamos los mayores y que a los jovencitos les da igual si la novela está interesante) aquí se porta algo mejor y da bastantes explicaciones (siempre dentro de los diálogos, de forma que lo hace ameno).

Llama la atención la poca importancia que tiene aquí la cicatriz-quemadura de Gaia cuando era tan importante en "Marca de nacimiento". De hecho acabas olvidándote de que la tiene porque apenas la nombran (debía haberlo nombrado más, porque acabas viendo a una chica perfecta y se supone que físicamente no lo es)

Y me sigue llamando la atención ese choque entre ambiente -que nos recuerda tanto a lo medieval- con la forma de hablar entre ellos cuando tienen confianza el uno en el otro: absolutamente moderno. Choca pero tampoco es tan extraño, pues hablamos de una distopía, o sea que esto podría suceder dentro de unos años y no por ello habríamos cambiado nuestra forma de hablar con los demás.

Por supuesto no ocurre igual en el nuevo sitio donde se producen las nuevas aventuras de Gaia. En este lugar leemos contracciones de "madeimoselle" (palabra francesa) y la relación entre las personas es uno de sus puntos fuertes: prohibiciones a los hombres, esclavitud encubierta, falta de libertad… Ahí está la parte interesante. Una chica de dieciséis años no va a ver un cuerpo serrano tremendo que está deseando abrazarle y besarle y quedarse de brazos cruzados… O sea que se liará, y a partir de ahí veremos toda una revolución.

Y finalmente advertir que aunque me han encantando los personajes masculinos (los dos hermanos y Leon Grey) sigo quedándome con Leon.

No sé por qué pero deduzco que en la tercera parte veremos, finalmente, a Jack, su hermano y, quizás, a ese otro hermano del que apenas sabemos nada, Arthur. Es lo único que nos falta para tener a la familia reunida. Eso sí, a este paso el fin de la trilogía nos promete otra revolución, pero esta vez nada menos que en el Enclave. Impaciente por saber cómo pone Gaia todo patas arriba.

Anika Lillo