Anika entre libros

De mayor quiero ser... feliz. ¿Qué hago con mis emociones?

Ficha realizada por: Mónica CZ
De mayor quiero ser... feliz. ¿Qué hago con mis emociones?

Título: De mayor quiero ser... feliz. ¿Qué hago con mis emociones?
Título Original: (¿Qué hago con mis emociones?, 2023)
Autores: Anna Morató García, Mamen Marcén
Editorial: Beascoa
Colección: Emociones,valores y hábitos


Copyright:

© 2023, Anna Morató García
© 2023, Mamen Marcén, por las ilustraciones
© 2023, Penguin Random House Grupo Editorial, S.A.U.

Ilustraciones: Color
Edición: 1ª Edición: Septiembre 2023
ISBN: 9788448866655
Tapa: Dura
Etiquetas: álbumes ilustrados aprendizaje colecciones conocimiento salud psicología libros ilustrados literatura española psicología infantil 5 años 6 años 7 años 8 años 9 años literatura infantil valores emociones didáctico metáforas crecimiento sentimientos educación emocional comportamiento
Nº de páginas: 64

Argumento:

Con Julia y su pandilla de amigos aprenderemos a identificar, entender, procesar y gestionar las emociones de una manera sencilla y amena.

 

Opinión:

 

Anna Morató García es autora de cuentos infantiles, entre los que destaca la colección De mayor quiero ser… feliz. Este nuevo libro "¿Qué hago con mis emociones?" se centra en ellas. Afortunadamente es un tema que va ganando relevancia, y es que una buena gestión emocional desde la infancia es esencial para afrontar la vida adulta de manera saludable.

Esta propuesta literaria es ideal para leer en familia, pues además del contenido para los niños cuenta con apartados específicos muy interesantes para adultos.

Comienza con un prólogo dedicado a los adultos que resulta esencial y recalca la importancia de la paciencia en la educación emocional. Muchos adultos son incapaces de gestionar sus propias emociones y cuando sus hijos sienten las llamadas emociones incómodas (enfado, frustración, tristeza, miedo…), en lugar de dejarlos expresarse, tienden a cortar esa emoción rápidamente, sin dejar que el niño llegue a procesarla, lo que a la larga no es bueno. Aquí se aconseja a los padres que tengan paciencia y acompañen a los niños en todo el proceso, aceptando, escuchando y conectando, sin distraerlos ni restar importancia a lo que están sintiendo.

Una vez pasado el prólogo, pasamos directamente al contenido del libro. Comienza por explicar qué son las emociones (en este caso sentimientos también, para que resulte más sencillo para los niños), y los tipos que hay. Aquí las clasifica en dos tipos, las que nos hacen sentir bien, como la alegría, la sorpresa, la satisfacción, la ilusión… y las que nos hacen sentir incómodos, como el enfado, la tristeza, la preocupación o la vergüenza, entre otras. La autora pone ejemplos que ayudan a los niños a identificarlas con facilidad, lo que sin duda es un primer paso en la educación emocional.

Después, hay una breve explicación sobre cómo funcionan las emociones, cómo pueden subir o bajar en intensidad dependiendo de la gestión que hagamos de ellas. La autora pone numerosos ejemplos que resultarán muy clarificadores, pues ayudarán a los niños a identificar con mayor facilidad lo que están sintiendo en ese momento determinado.

Una vez que saben qué están sintiendo, llega la hora de procesarlo. Para ello la autora ha creado un artilugio, el procesador, que ejemplifica el proceso. Los niños serán capaces, con tiempo y práctica, de gestionar esa emoción incómoda, sintiéndola, aceptándola y expresándola de manera adecuada, pues para una buena gestión emocional es necesario expresar, de diferentes maneras, lo que se siente.

Resulta esencial identificar correctamente cada emoción, escuchar al cuerpo, medir la intensidad de la misma y procesarla, solo así bajará y podrá llegar la calma. Este último paso es el que resulta más difícil, pero con práctica y paciencia se puede lograr. Aquí también pone varios ejemplos que pueden ayudar en el proceso, como respirar hondo, mojarse la cara, escribir en un cuaderno, apretar un cojín… acciones que servirán a algunos niños, pero no a otros. Se trata de encontrar algo que funcione bien para uno mismo.

Una emoción no expresada no desaparece, se "acumula", pudiendo producir estallidos emocionales difíciles de gestionar o haciendo que nos sintamos nerviosos, agobiados o de mal humor todo el tiempo, creando malestar. Por eso es tan importante procesar cada emoción adecuadamente y expresarla sin hacer daño.

Después de haber procesado la emoción, toma relevancia la actitud; depende de uno mismo qué pensar o hacer a continuación. Tener una actitud positiva fomenta la confianza en uno mismo, lo que sin duda resulta esencial para enfrentar el día a día.

Se trata de un libro estupendo para trabajar las emociones, ya que el lenguaje empleado es claro y accesible a los niños. Las ilustraciones complementan a la perfección el texto, mejorando la comprensión lectora, y los numerosos ejemplos visuales son un recurso muy valioso que facilita el proceso de aprendizaje.

Un libro muy recomendado -yo diría que imprescindible- para trabajar en las aulas o en familia.

 

Mónica CZ

 

 

 

Frases de esta opinión pueden utilizarse libremente en otros medios para promoción del libro, siempre que no se varíe y se mencionen al autor de la misma y al medio anikaentrelibros.com

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