¡Captados! Todo lo que debes saber sobre las sectas

Opinión:

Esta no es una obra en absoluto compleja, muy al contrario, es didáctica, completísima y una tiene la sensación de que no se deja nada en el tintero. También es una lectura fácilmente asimilable a pesar de que puedes tener la impresión de que es divulgación didáctica profesionalizada, y hasta parece en ocasiones que te estás preparando un curso o un máster, pero esto es porque muchas cosas se repiten en distintos capítulos. Como recordatorio sirve, solo que quizá esto parezca que sea un poco repetitivo. Eso sí, de tanto releer también aprendes más, eso seguro.

Al inicio de cada capítulo hay un texto en cursiva que, personalmente, creo que resume muy bien lo que se analiza y explica a continuación. O sea, esos mismos textos lo dicen todo, solo que a lo largo del capítulo se desarrollan todos los datos, con lo cual uno sirve de recordatorio comprimido, y el resto es información ampliada.

Creo que uno puede sorprenderse leyendo este libro, al menos a mí me ha pasado, en más de una ocasión. Por ejemplo cuando dice que el uso de "lavado de cerebro" es incorrecto cuando en realidad lo usamos todos como frase generalizada donde se comprende a la perfección de qué hablamos, que no es literal, y es raro porque luego el propio autor sí utiliza las palabras lavado de cerebro como método.

Mucha gente se sorprendería sobre empresas que son sectas por no estar familiarizadas con el mundo sectario. Yo lo tenía bastante claro, no obstante he aprendido sobre familias o parejas sectarias. Lo de las familias ha coincidido con un documental visto en una plataforma online sobre una familia india que me ha resultado de lo más sorprendente, aunque bien es cierto que aquí influía una paranoia compartida. Lo de las parejas sectarias es más sorprendente aún, porque a una se le va la cabeza a ejemplos que entendía como psicópatas (los Turpin, los padres de trece hijos que tenían encerrados y algunos encadenados, por ejemplo, mientras ellos vivían en su mundo de reglas donde eran los únicos beneficiados con el sistema impuesto a los hijos; la pareja era la secta, sus hijos no tenían opción a elegir).

Pero quizá lo que más me haya llamado la atención sea que los grupos políticos -o algunos grupos políticos- sean considerados literalmente con grupos sectarios. La verdad es que tiene razón, o conmigo o contra mí, un pensamiento único, sensación de pertenecer a una tribu… Miguel Perlado nombra grupos transnacionales a movimientos relacionados con las empresas, la salud y la política. Por otro lado trata de suavizar el término porque se entiende siempre de forma peyorativa y es que, como en todo, hay sectas peligrosas y otras inocuas.

Aunque lo que más me ha flipado es lo de las sectas digitales 3.0. Y es verdad, a poco que mires puedes encontrar con que ya son muchas las que operan desde su nacimiento por internet. Antes no existía, tenían los muros para pegar sus carteles o los adeptos para repartir panfletos o vender revistillas, pero ahora tienen la red.

Por aquí pasan técnicas de venta, organizaciones terroristas, parejas sectarias, políticos, comerciales, grupos terapéuticos engañosos, los telepredicadores, los de la new age y su rollo holístico o esotérico capaces de asegurar que pueden sanar a enfermos crónicos o terminales (cada grupo tiene su propio sistema de sanación)… y por supuesto están los que todos conocemos con mucho más detalle: los grupos sectarios religiosos tipo Testigos de Jehová, Cienciología, Nueva Acrópolis, etc. que son más evidentes.

Ojalá todos los que pertenecen a grupos sectarios leyeran este libro porque se verían reflejados en temas como el proselitismo, el pensamiento único, la apariencia profesional que esconde una cortina humo (como las sectas de psicoterapia), el marketing, el adoctrinamiento, la explotación a favor del beneficio económico del grupo -que por supuesto ellos ni rozan, siempre va a lo más alto-, etc. En cuanto a las empresas que siempre hemos conocido como pirámide (empresas piramidales), hay que tener en cuenta que algunos se meten porque necesitan trabajo, no porque busquen pertenecer a este grupo, pero igualmente se trata de un sistema en el que quien se beneficia de verdad está muy lejos del que patea las calles o llama a las puertas.

También es un libro polémico, por lo menos en cuanto al uso de ciertas palabras donde gran mayoría de humanos se sienten cómodos -y el propio mercado editorial explota-, como el mindfulness (o sea, que se pueden sentir mal quienes lo usan para ayudar, pero el autor se refiere a quienes lo utilizan para atraer a más adeptos a sus propias sectas; el engaño va por parte de estos grupos), o en cuanto al nombramiento de los seminarios de transformación personal en los que tanta gente cree.

Culpa, perdón, aceptación, sentimientos, adoctrinamiento, pensamiento único, fe ciega… Todo les vale para mantener a los acólitos bajo sus garras. No deja de lado el rol de las mujeres en las sectas ni los niños que llegan muy pequeñitos o que nacen ya dentro de ellas. En el caso de las mujeres ninguna novedad: la mayoría son machistas y misóginas, hacen creer que las mujeres tenemos la mitad del cerebro masculino (y hay gilipuertas que se creen estas cosas, no se puede ser más ignorante) y son utilizadas para seducir y conseguir nuevos adeptos o se relegan a un segundo plano especialmente en funciones importantes. ¿Alguien se sorprende? En unas sectas se les impone ser madres -normalmente con el gurú, él decide- y están tan felices de ser elegidas, o se les quita la idea de la cabeza porque la secta en cuestión va por otro camino. En cuanto a los niños, el sometimiento de los padres acaba prácticamente siempre en castigos sobre los niños. Más víctimas para la lista. En este apartado van varios casos sobre niños. Qué lástima.

También tumba falsas creencias -eso lo sabíamos ya muchos pero está bien que lo recuerden-, por ejemplo aunque nos sorprenda enormemente quienes acaban dentro de una secta no son necesariamente tontos. Eso de "cómo puede haber caído en la trampa si es tan listo" es una chorrada, es como dudar de que una mujer con carrera pueda ser maltratada. Pasa y punto. Las carencias son otras, y la impotencia, el miedo, la frustración, etc… todo influye. También tumba la idea de que uno no se puede ir de una secta sin amenazas -claro que esto depende de qué secta hable-.

Miguel Perlado cuenta con algunos testimonios de los que se hace eco, historias que él mismo ha conocido y tratado profesionalmente.

La mayor parte del libro desarrolla qué son y cómo funcionan. En lo que respecta a cómo ayudar ya hay que irse hacia el final del libro cuando empieza por sugerir que conozcamos los síntomas, o sea, cómo detectar si una persona está en una secta. El conocimiento es vital. El libro también contiene -esta parte igualmente- espacios que resumen todos los datos y que están escritos sobre un fondo gris: solo con eso ya tienes para enterarte de mucho. A partir del momento en que habla de cómo reconocerlos la palabra clave es "cambio". Cambio de actitud, cambio de palabras (nuevas) usadas, cambio de amistades, cambio de intereses, cambio de pensamiento… y unos cuantos más, incluyendo todos estos cambios en un distanciamiento inesperado de la familia, pareja o amigos. Los que quedan fuera de la secta y se preocupan por los nuevos adeptos -familia, pareja, amigos- son los que de verdad sufren y sienten impotencia, porque los acólitos viven ya en otra nube y creen que los demás somos los ignorantes que no sabemos nada. En esta parte Miguel Perlado da consejos, pautas, sugiere evaluar ciertos elementos, averiguar el grado de adhesión al grupo sectario, y ofrece estrategias para recuperarles.

El libro finaliza con el proceso de salida de una secta; salida, por otro lado, doble: por una parte la física -salir del grupo- y, por otra, la mental. Esta segunda no es nada fácil para una mente que lleva ya mucho tiempo con eso que comúnmente llamamos "lavado de cerebro" aunque el autor quiera especificar que es otra cosa (para mí es como un sinónimo porque a fin de cuentas acaban con el mismo resultado). Hay fases, etapas, y finalizaría con la reconstrucción de uno mismo.

Y antes de cerrar el libro, un epílogo, el caso de Cristina, uno que puede sorprender a muchos porque simplemente es una mujer que iba a retiros espirituales, cursos o formaciones -algo tan común hoy-. ¿Os han dicho alguna vez que estáis en frecuencias diferentes, que hay que evolucionar y despegarse de lo material? ¿Os han acusado de trasladar vuestra carga negativa en alguien? Pues por ahí empezó todo. Ojo con eso, puede que no todos lleven mala intención, cualquiera de nosotros podemos decir que una mala energía nos estropea el día, que queremos energía positiva, y no nos faltará razón, pero hay grupos profesionalizados y destinados a captar adeptos y puede acabar en una alienación mental nada sana, y casi siempre hay un gurú o un maestro detrás (en femenino también).

El anexo contiene recursos para mirar en internet.

Imprescindible para saber de qué hablas si te metes en el tema de las sectas.

Anika Lillo