Tres días en el vientre de la ballena

Opinión:

Hacía mucho tiempo que no leía una novela infantil y no tenía buena opinión de ella. Y cuánto lo lamento, pero es lo que hay. No es que la historia sea mala, es que no me parece eficaz cómo está contada. Si mi hija de diez años, se la lee y me dice que no ha entendido la historia, yo tampoco puedo explicarle qué ha pasado, cuándo y cómo. Apenas puedo decirle cuatro cositas -que no desvelaré por si alguien quiere leerse la novelita-, pero hay alguna que otra (como cierto salto temporal) que me ha hecho sentir imbécil porque no le encontraba sentido. Algo falla entonces si una lectora tan analítica como yo se ha sentido confundida mientras leía la historia y, al cerrar éste, se ha quedado igual. Y hablamos de una novelita para niños de diez añitos, algo que a mí no me debería causar ninguna confusión. Porque no se trata de leer entre líneas o de descifrar una fábula: simplemente no creo que esté bien narrada esta historia.

No obstante el libro está editado en Edelvives y lleva en su interior ficha para bibliotecas, lo que me hace suponer que ha debido pasar algún filtro. Aun así, si se lo pusieran a mi hija como lectura en el colegio, me quejaría, porque hay cientos de escritores buenos, y cientos de novelas buenas, claras, críticas o con valores, lo necesario para seleccionar las mejores a ser posible, y a mí me ha quedado claro que ésta no es una de ellas.

Podría resaltar sus virtudes, como que la historia la narran un ratón y un gato, pero hasta eso tienes que adivinarlo (y todavía me estoy haciendo preguntas sobre el innombrable, tercer narrador) y hacer un esfuerzo para no pensar que estás tan idiota que no lo habías pillado y te falta un hervor. Es que ese proceso durante el cual el narrador le chiva suficientes pistas al lector joven para que entienda quién le cuenta la historia, tampoco me parece bien hecha. Que sí, que lo he pillado, y que es muy graciosa esa coletilla del ratoncito (que me hace recordar a novelitas más infantiles donde se utiliza mucho este recurso; aquí, como que me sobraba), pero que a este cuento le falta atención, y no por parte del lector, sino del autor. No ha mimado lo suficiente su historia.

Ahora digamos que eso tiene un pase y que el problema es que vuelve a suceder lo mismo pero en otro momento dado, cuando de pronto están en una isla. No sé qué he leído pero he tenido que releer parte de la novela para encontrar dónde estaba la ballena y cuándo estaban en su barriga. A mí no me merece la pena volver a leérmelo a ver si lo pillo. Un libro, especialmente infantil, debería cumplir una función muy clara, y la claridad es esencial, ya sea para entretener como para divulgar. Yo creo que éste no lo cumple.

Posiblemente este autor tenga en su carrera profesional, no lo dudo, auténticas maravillas dignas de ser premiadas, pero esta no es una lectura que elegiría yo para mis hijas pequeñas porque sé que así no les provocaría la curiosidad y el placer necesario que se necesita para engancharse a la lectura. Algunos niños se frustran ante historias no muy bien contadas que les provocan esos sentimientos negativos hacia su propia persona, y eso un autor jamás debería olvidarlo. Debe ser sagrado.

Otra vez será. 

Anika Lillo