Carne de piedra. Reckless I

Opinión:

Cornelia Funke nos presenta en esta primera entrega de la saga Reckless a Jacob, Will, Zorro, Chanutte, al hada oscura, a los goyl... y a todos los personajes que pueblan el fascinante Mundo del Espejo. Un mundo que es igual pero diferente al nuestro, más antiguo, más inocente y lleno de magia y de seres extraños. Seres que se parecen a los que habitan los cuentos que nos han contado desde niños pero que tampoco son iguales a ellos. Y es que, en este mundo, ni los cuentos son lo que creemos.

Vamos descubriendo, pues, poco a poco este nuevo mundo al mismo tiempo que nos vemos inmersos en la tremenda aventura de evitar que Will, el menor de los hermanos Reckless, se convierta  en goyl (seres de piedra). Así, las escenas de acción se van mezclando con ambientes, escenarios, lugares y sobre todo, personajes, mientras que también se nos va desvelando parte de la historia de este universo, que tiene muchas conexiones con el nuestro pero que no es nuestro mundo. 

Y no lo es porque es más primitivo (se parece a nuestro siglo XIX, un momento de nuestra historia en el que, como dice la propia autora, jugamos a ser dioses, a inventar, a crear, a explorar... y en el que se sentaron las bases de lo que somos hoy en día) pero también porque está habitando por un gran número de seres mágicos (brujas, devoraniños, hadas, goyls, elfos, duendes, enanos, gigantes...) que hacen que las reglas de juego sean un tanto distintas. Funke aúna la tradición oral de los cuentos de hadas y la mitología clásica para crear una saga cautivadora que habla del poder de los cuentos, de la pervivencia del valor de sus historias y de la magia que nos atrapa cuando alguien dice "Érase una vez...".

Pero además de esta magia, y de la acción y la intriga que destilan las páginas de esta novela (menos juvenil de cómo se ha clasificado y más crossover), Funke nos hace pensar en la igualdad y la diferencia entre hermanos (en este caso, los caracteres de Will y de Jacob los enfrentan, aunque también los mantienen unidos) y, sobre todo, en el amor. En el amor en todas sus facetas: amor de pareja, amor de madre, amor entre hermanos, amor de amigos... Y, lo que es más importante, en hasta dónde está uno dispuesto a llegar por ese amor.

El estilo directo y la velocidad a la que discurre la trama y las peripecias se completan con una cierta introspección psicológica gracias a los comentarios en cursiva que ejercen como voz de la conciencia de los personajes principales y con las ilustraciones (60) que la propia autora firma y que nos permiten conocer mejor tanto el Mundo del Espejo como sus moradores.

En definitiva, una obra llena de acción e intriga (aunque combinada con las descripciones de lugares y personajes propias de la primera entrega de cualquier saga), escrita con un estilo trabajado y unas ilustraciones bellísimas, que propone una relectura e interpretación de la tradición narrativa para ofrecer una historia que habla de muchas cosas: de amor, de soledad, de venganza, de búsqueda, de sacrificio y de esa parte de la Historia que gana paces y territorios en el altar y no en el campo de la batalla o de la ambición por el poder que conduce a padres a matar a sus propios hijos. O viceversa. Una magnífica promesa para una saga que no ha hecho más que comenzar. 

Lidia Casado