La última grulla de papel

Opinión:

Kerry Drewey, escritora a tiempo completo, ha sido coordinadora del BookStart y BookTrust. Sus libros han llegado como finalistas en concurso de escritura de guiones para niños de la BBC y tiene una licenciatura de primera clase en escritura profesional.

"La última grulla de papel" es su última novela literaria independiente. En ella presenta una historia de esperanza y superación ambientada en un hecho trágico que asoló la ciudad de Hiroshima en 1945, una bomba atómica llamada "Little Boy".

Según la tradición japonesa, si construyes 1.000 grullas de papel los dioses cumplirán tu mayor deseo. Dicha tradición se hizo popular gracias a Sadako Sasasi, una niña de dos años que vivía a menos de dos kilómetros del lugar en donde cayó la bomba atómica. Con los años desarrolló leucemia a causa de los gases y residuos tóxicos. Una amiga le contó la leyenda y ella dedicó cada día que estuvo ingresada en el hospital a fabricar grullas con la firme esperanza de sanarse. Lamentablemente falleció antes de acabar su misión y sus amigos, como muestra de amor, terminaron la tarea por ella. Hoy en día, Sadako posee una estatua en el Parque conmemorativo de la Paz de Hiroshima que representa la esperanza y la paz y sirve como recuerdo de los niños que perecieron por las causas de la bomba.

Kerry Drewey tomó como referencia esta historia para crear la suya propia en donde las grullas de origami cobran un papel principal, aunque poco evidente en el desarrollo de la trama.

A través de una original narración que discurre entre la prosa, el verso libre y los haikus, Kerry hace gala de su destreza con la pluma y regala al público juvenil (y no tan juvenil) una obra magistral sobre el sufrimiento, las promesas, la superación y la amistad en unos tiempos en los que no queda nada para seguir luchando.

En cualquiera de los tres formatos la lectura es ágil, fluida y dinámica. La autora escribe de forma franca, sin ambages ni complejidad estilista realizando un viaje directo a los sentimientos humanos describiéndolos con naturalidad y énfasis.

Son dos las voces que llevan a cabo el desarrollo de la trama; Ichiro, cuya historia se desarrolla entre Hiroshima y Tokio del año 1945, dará sentido y pondrá el toque dramático en la segunda parte, mientras que Mizuki, quien realiza una exposición de los hechos en la Hiroshima reconstruida del 2018, dotará a la trama de esperanza y color.

Cada parte se caracteriza por un formato de escritura diferente. La voz de Ichiro se basa en la prosa común, mientras que Mizuki juega intercalando haikus y verso libre.

A lo largo de la trama no se encuentran demasiadas descripciones referidas al físico de los personajes o las características del contexto, sin embargo, Kerry hace especial hincapié en detallar con minuciosidad en determinados momentos la desolación de un paisaje destruido por la bomba, creando, de forma muy visual, un enfrentamiento entre una ciudad llena de vida que, en segundos, se convierte en polvo, llamas y escombros. Así mismo, expresa muy bien la devastación, la pérdida de vidas, las consecuencias físicas y mentales que deja a la población un acontecimiento de tal calibre y el abandono al que se ve sumido toda una civilización aparentemente poderosa, creando una ambientación realista, creíble y suficiente para englobar la trama.

Sin duda alguna, lejos de construir una novela en donde los datos y acontecimientos históricos se conviertan en el eje principal, Kerry enfoca la atención del lector en los propios personajes de un modo sublime. Con esmero y maestría el lector se adentra en la psique de Ichiro y Mizuki descubriendo de manera casi palpable los sentimientos, emociones y pensamientos que rodean a ambas figuras.

En Ichiro se muestra la agonía, el desasosiego, la incertidumbre, la desesperanza y el miedo que siente al enfrentarse de súbito a una situación completamente desoladora e inconcebible. Del mismo modo, es el personaje cuya evolución se muestra más evidente a corto plazo. Ichiro se enfrenta a muy duras y diferentes situaciones que le llevarán a una toma de decisiones cuyo objetivo es cumplir una promesa y ser fiel a sí mismo.

La lucha por la supervivencia, la reacción humana ante la perspectiva de la muerte próxima o la solidaridad en tiempos difíciles son temas que se tratan con respeto e invitan a la reflexión.

Sin duda alguna, Kerry ha creado una novela magnífica que atrapa desde el primer momento, llegando incluso a devorarla de una sentada, que mantiene al lector en vilo y lo hace vibrar con cada página.

En conclusión, "La última grulla de papel" es una novela que presenta un acontecimiento histórico, no muy lejano en el tiempo, que además de darlo a conocer invita al lector a la reflexión y a la creación de valores como la empatía. Un canto a la esperanza, la amistad y la lucha incansable por cumplir las promesas. Una obra que emociona, impacta y deja huella. Un libro conmovedor que no puede faltar en ninguna estantería y que recomiendo tanto a jóvenes como adultos.

Marisa Costa