La puerta dorada. La horda del diablo 4

Opinión:

"La puerta dorada" es la cuarta entrega de la pentalogía de Antonio Martín Morales sobre un universo de ficción de espada y brujería.

He seguido su evolución desde el primer volumen y puedo afirmar que lo que su prosa ha perdido en frescura lo ha ganado en maestría. Ahora se le percibe como un autor más maduro, más sereno en sus exposiciones y conclusiones. Ahora, él decide por dónde quiere que transcurra su novela, antes la creatividad le llevaba de la mano.

De hecho, inicia este libro con una frase muy hermosa que no puede ser fruto de la espontaneidad, se aprecia un gran trabajo detrás. Con permiso del autor la reproduzco aquí:

"Sala aceptó de buen grado ir a pescar con Éder, un día caluroso, con el cielo vestido de celeste nacarado y el sol vibrando muy arriba, como un disco lanzado por los arrabales del horizonte nuboso".

Frases de este estilo (cielo vestido de celeste nacarado) salpican la narración de tanto en tanto y elevan su tono. Además, Antonio Martín Morales mantiene esa visión femenina que ya le advertí en los primeros libros, y que hace que su estilo sea elegante, pierda aristas y se torne más suave.

A lo largo de estos cuatro volúmenes ha ido redondeando su mundo ficticio, ofreciendo más detalles para tornarlo totalmente real; de tal forma que, en la mente de los que le hemos leído desde el principio, Vestigia forma ya parte indisoluble de nuestros lugares conocidos. Una de esas formas con las que consigue hacer más creíble la ficción es con la inclusión de elementos comunes como canciones populares (la Canción de los Navegantes) o festividades religiosas.

No cabe duda de que Antonio tiene una imaginación desbordante que, con el tiempo ha sabido domesticar. Realmente, es un magnífico creador de personajes y de sus vivencias. Sin embargo, me queda la certeza de que todavía no ha dado lo mejor de sí mismo. Es un autor que aprende deprisa de sus errores, lo he podido constatar reseñando la saga al completo. Nunca se estanca, quiere aprender, mejorar, y por ello sé que siempre nos sorprenderá. De hecho, todavía tiene que trabajar un poco más la forma, perfilar los diálogos para hacerlos más naturales y repasar los textos para terminar de pulirlos del todo.

Este cuarto libro de la saga supera a los demás y, aunque resuelve algunas partes de la trama, deja otras abiertas con un enorme interrogante. No podemos olvidar que gracias a este final abierto podrá comenzar el quinto y último volumen de la serie.

Queridos lectores, nos vemos en Vestigia. 

Gemma Nieto